Vitoria se encamina a la huelga indefenida de Tuvisa

El día 10 de febrero, coincidiendo con los carnavales, comienzan los paros totales de los autobuses urbanos, si no hay un acuerdo "in extremis"

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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La última reunión entre la dirección de la compañía municipal de autobuses de Vitoria, Tuvisa, y el comité de empresa ha terminado sin acuerdo por lo que se mantiene la huelga indefinida anunciada a partir de las 14:00 de este sábado 10 de febrero.

En todo caso ni los trabajadores ni el Ayuntamiento cierran por completo la puerta a la posibilidad de llegar a un acuerdo 'in extremis' que permita desconvocar un paro cuyo inicio coincide con la celebración de los carnavales.

La alcaldesa de Vitoria, Maider Etxebarria, ha asegurado que "la puerta está siempre abierta para intentar negociar" y ha lamentado que "esta huelga no beneficia a nadie" al tiempo que ha pedido "disculpas" a la ciudadanía por la situación que va a generar.

El comité de empresa aseura que trabajatrán por evitar la huelga hasta "las 14:00 horas de y ha acusado al Ayuntamiento de "inmovilismo" por presentar "una supuesta nueva propuesta" apenas sin cambios. La última ya fue rechazada por el 90 % de la plantilla en asamblea.

Servicios mínimos del 30%

Los servicios mínimos serán del 30% y no habrá Gautxori (autobús nocturno).

Este viernes habrá una nueva manifestación por el centro de la ciudad a partir de las 17:00 cuando la protesta parta de la rotonda de Lovaina y, tras recorrer varias calles, desembocará en la plaza de la Virgen Blanca.

Además, todos los días, mañana y tarde, la plantilla realizará movilizaciones. En COPE Euskadi hemos pulsado la opinión de los vitorianos, algunos de los cuales no tendrán más remedio que ir andando "45 minutos" al trabajo para no llegar tarde al ser el autobús el único medio de transportee.

Las movilizaciones de los trabajadores de los autobuses urbanos comenzaron el mes de diciembre de 2023. A mitad de enero el comité decidió suspender los paros parciales y adelantar al 10 de febrero la huelga indefinida, anunciada en un principio para el 3 de marzo.

Con estas movilizaciones los trabajadores tratan de evitar la pérdida de autobuses, recuperar los que se han perdido desde la pandemia e implementar los que sean necesarios para garantizar unas condiciones de trabajo dignas y un servicio de calidad, así como revertir las privatizaciones e implantar un registro de jornada efectivo.