¿Quieres conocer el belén “más bonito del mundo”?

No nos tenemos que desplazar mucho. Se encuentra en la capital alavesa. No importa que un reconocimiento oficial lo diga. Se esconde dentro del parque de La Florida, que cada Navidad se convierte en escenario para más de 200 figuras y 100 elementos que recrean a escala real lo que las familias siempre han puesto en sus belenes caseros: puentes de madera con río de papel de plata, musgo, grutas y figuras que recuerdan el nacimiento de Jesús en la aldea de Belén hace más de 2.000 años.

un belén como el de "mi infancia"

Ése es precisamente su valor. Como recuerda para COPE el belenista Alfonso Basterra, lo importante de este belén “no es su valor histórico”, que es discutible, sino sentimental. “El gran mérito de este belén es que es el de mis abuelos, el de mi casa. La Florida pone el escenario natural a los belenes de nuestra infancia”.

Este Belén monumental se instaló por primera vez en 1962 gracias a las ganas y el empuje de algunos belenistas locales como Jovi, Quintana o Sánchez Iñigo. Lo hizo sólo con el Misterio, la Anunciación y la imagen de un arriero con burro. “Ellos tuvieron la idea y pensaron hacer algunas figuras”, recuerda Alfonso. “Así empezó todo”

Aquellas primeras tallas eran de escayola y costaron 50.000 pesetas cada una. En el año 1985 empezaron a fabricarse moldeadas en poliester y fibra de vidrio, más resistentes a la climatología, y más fáciles de transportar y de restaurar. Su precio ha subido y ronda los 10.000-12.000 €. De aquellas primeras quedan solo unas pocas. Año tras año se va ampliando y reformando de forma gradual con las aportaciones que la ciudadanía hace cuando lo visita.

El misterio se ubica en una gruta artificial que se renovó por completo hace dos años. En ella José y María se refugian del frío con su hijo. Al principio era rubio, pero con los años ya es moreno y de rasgos “mucho más judíos”. La figura de María es del año 2000 y fue criticada en su momento por el escote que lleva. “Los vitorianos somos muy conservadores”, afirma Basterra.

la otra navidad

El resto del parque se llena de pastores con sus ovejas, molineros, panaderos, lavanderas o los Reyes Magos con sus pajes. Una figura observa desde fuera: representa a un indigente con su perro. Es la otra Navidad, una interpelación directa al visitante.

más que figuras

No importa las veces que se haya ido. Siempre se pueden descubrir nuevos rincones porque las escenas cambian cada Navidad de ubicación y forma. Hay que prestar atención a los sonidos, el agua, los balidos de las ovejas... y dejar que la iluminación y la música de villancicos nos envuelvan con su magia. El misterio del Belén y la magia de la Navidad.