mayores en positivo
Una socióloga vasca explica por qué la vejez se retrasa a la "cuarta edad"
Iratxe Herrero, directora de y-logika, asegura que la nueva generación de mayores "aporta más" que demanda
Vitoria - Publicado el
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La vejez está asociada a una percepción negativa, a una persona dependiente y a una soledad no deseada. Pero esta percepción cada vez se corresponde menos con la realidad del colectivo de más 65 años, un grupo que crece y mucho en Euskadi donde suponía un 23% de su población en 2023.
Este martes se celebra el Día internacional de las personas de Edad y en COPE Euskadi nos hemos acercado a su realidad en positivo para comprobar que los mayores de 65 años están cada vez más comprometidas con su salud, quieren disfrutar de estar bien y tienen recursos para ello.
La socióloga Iratxe Herrero, del gabinete vasco y-logika, invita a “transformar” la idea de persona mayor, “alejada de alguien que contribuye” y aparejada a una “persona dependientes que demanda más que aporta”.
ser mayor, un éxito social
La experta defiende, tras dos décadas investigando la longevidad para identificar sus oportunidades, que el grupo de la tercera edad es muy heterogéneo y que “lejos de no producir lo que hace es aportar una gran riqueza a la sociedad”. “Tener muchos años ya es éxito social”, afirma, tras señalar que las políticas que buscan mejorar la calidad de vida dan sus frutos a tenor de los datos demográficos.
Según vaticina Iratxe Herrero llega “una nueva generación de mayores" con un estilo de vida muy diferente al que conocíamos hasta ahora y más nutrido que nunca al incorporar a los nacidos en el “baby boom”.
infantilización
La realidad gerontológica está cambiando tanto que la OMS ha creado otro grupo que es el la cuarta edad para los mayores de 80 años, muy diferenciado de la tercera edad que conformarían quienes tienen entre 65 y 79 años.
En la entrevista también hemos abordado las sombras que padece la tercera edad como la infantilización, cuando "creemos que los mayores pierden facultades o capacidad de decisión y no es así". "Nos tomamos licencia y libertades, como decidir por ellos qué van a comer o qué recursos van a utilizar y es una falta de respeto", advierte la socióloga vasca.