Desmantelada una plantación de marihuana en un chalet en Bizkaia

La operación, en la que fue detenido el supuesto encargado de sacar adelante la plantación, un individuo residente en Bilbao, se llevó a cabo el pasado 26 de julio después de una investigación que fue dificultada por el citado sistema de evacuación del calor usado para potenciar el crecimiento de las plantas.

Este sistema, según ha informado este lunes el instituto armado, se hacía a través de cámaras de aire construidas bajo el suelo de la vivienda unifamiliar de dos plantas.

Este método disipaba el calor y dificultaba la localización de la plantación mediante el uso de medidores térmicos.

A esto se unía el revestimiento de las paredes de la vivienda con capas de papel aluminio que hacía que evitara la detección de calor en la estructura del chalet.

Un sistema de extractores evacuaba el calor internamente hacia unos conductos que desembocaban en la cámara de aire construida bajo la vivienda, un chalet unifamiliar alejado de la carretera, con el césped bien cortado y con un vehículo estacionado continuamente en la puerta, para aparentar que estaba permanentemente habitado.

Además, la casa se encontraba protegida del exterior por “paredes” de árboles que, además de impedir la visión desde fuera, hacían el efecto de barrera refrigerante natural de la vivienda.

En la operación se han intervenido más de 5,5 kilos de cogollos de marihuana, 9,3 kilos de picadura vegetal de color verde y ramas con hojas de cannabis sativa.

También se ha incautado diversa maquinaria para procesar grandes cantidades de marihuana, como peladoras de cogollos que facilitan y agilizan en gran manera la extracción de la droga de la planta.

El valor estimado de inversión en material y acondicionamiento de la instalación sería de unos 100.000 euros, lo que permitía la elaboración de grandes cantidades de marihuana, se estima que hasta cinco cosechas anuales, una 1.000 plantas por cosecha.

Esta alta capacidad de producción hace sospechar a los agentes que la hierba producida, hasta 125 kilos al año con un beneficio estimado de más de 800.000 euros por cosecha, no estaba destinada al consumo local, sino a abastecer a otras provincias o, incluso, a ser transportada al extranjero.

Igualmente, se ha intervenido todo lo necesario para el funcionamiento de la plantación ilegal, como transformadores, lámparas específicas emisoras de calor o aparatos de refrigeración, abonos específicos y tierra especial para este tipo de cultivo.