EXPOSICIÓN GUGGENHEIM
Guggenheim Bilbao inaugura la exposición "Bilbao y la pintura"
Refleja en obras de gran formato la transformación urbana de la capital vizcaína
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Un Bilbao en transformación urbanística, industrial y social, entre finales del siglo XIX y comienzos del XX, es el protagonista de "Bilbao y la pintura", una exposición con 28 pinturas "de gran formato y calidad" que recogen escenas de la capital vizcaína durante ese período, y que podrá verse en el Museo Guggenheim desde mañana viernes 29 de enero hasta el próximo 29 de agosto.
El comisario de la muestra, Kosme de Barañano, ha explicado que "son 28 grandes cuadros, grandes en el formato y grandes en la calidad, que pertenecen a sociedades particulares la mayor parte de ellos, como la Sociedad Filármonica, el Athletic Club o la Sociedad Bilbaína".
Patrocinio
Patrocinada por Iberdrola, "Bilbao y la pintura" reúne obras de artistas nacidos o que trabajaban en Bilbao, quienes, después de viajar a París, habían incorporado en su estilo las ideas de modernidad del impresionismo francés y de las vanguardias.
En su regreso a la Villa, dichos creadores plasmaron en sus pinturas escenas tan variadas como los barcos comerciales en la ría y las terrazas dedicadas al ocio, la vida de los burgueses y los aldeanos, los remeros, la lucha y la muerte en el mar, los héroes del deporte, las faenas cotidianas en un puerto pesquero o las romerías en una anteiglesia vizcaína.
"Esta exposición no quiere documentar, sino experimentar ese Bilbao que pasa de Villa a gran ciudad a través de la pintura. Es una visión de la historia personal de esos artistas, que van a París a estudiar con 18 años y cuando regresan, aún jóvenes con 25, están haciendo esos grandes murales", ha explicado Barañano.
Para el director general del Museo Guggenheim Bilbao, Juan Ignacio Vidarte, la muestra "refleja muy bien el Bilbao heterogéneo del momento. Bilbao era un crisol, donde se aglutinaban partes de su ser más tradicional, incorporando los nuevos elementos en los que se estaba transformando, reinventándose y generando una imagen nueva".
En definitiva, el visitante puede conocer, en palabras del comisario, "un Bilbao personal, pero existente, y que nos da una lección de solidaridad y de unidad, de remar juntos y de ensanchar la ciudad".
Distribución de la muestra
En cuanto a la organización de la exposición, esta contiene una introducción y tres salas diferenciadas. En el espacio introductorio, se puede observar la Villa del siglo XIX a través de reproducciones fotográficas a gran escala.
A continuación, en la primera sala se exhibe una selección de obras de Adolfo Guiard, Ignacio Zuloaga, Anselmo Guinea, Manuel Losada y José Arrúe con el nuevo paisaje económico, social y urbano del Bilbao de finales del siglo XIX.
"La ría en Axpe" y "En la terraza" -ambas realizadas por Guiard en 1886, con buques fondeados en la ría y visiones del mar desde la terraza de un balneario-, así como "Amanecer" (Zuloaga), "Las Walkirias" (Losada) y "La fuente de la salud" (Guinea) -que retratan la burguesía ilustrada de la época- forman parte de esta primera galería.
Las pinturas que se pueden contemplar en la segunda sala confrontan escenas de mar y de montaña, pues los pueblos marineros y las aldeas rurales emplean unos códigos de color muy diferentes. Ejemplos del primer ámbito son "El marino vasco Shanti Andía, el Temerario", de Ramón Zubiaurre, o el tríptico "Lírica y religión", de Gustavo de Maeztu.
Con respecto al mundo rural, la exposición presenta, entre otras obras, "La siega" de Guiard y algunas pinturas de Francisco Iturrino, como "Los garrochistas", "Escena campera" o "Fiesta en el campo". Esta segunda sala se cierra con "Tótem", de Agustín Ibarrola, que muestra el instrumental del aldeano como si fueran esculturas.
Por último, la tercera sala ofrece una visión etnográfica del folklore, en la que los artistas documentan, a través de sus obras, la simbología de las danzas vascas y del mundo del baile en las anteiglesias.
Para Vidarte, pese a que esta exposición "no estaba prevista para un momento de pandemia", las circunstancias actuales, de las que "nuestros antepasados fueron también testigos en diversos momentos", suponen "una buena ocasión para ver cómo entonces supieron reaccionar y transformar la dificultad en una situación de oportunidad y de visión hacia el futuro. Espero que también nos sirva para eso", ha concluido