Macroquedadas de jóvenes en Vitoria, más presencia policial y temor en las familias

Urtaran niega peleas multitudinarias o la existencia de bandas organizadas, pero anuncia un mayor control de esta nueva “alternativa de ocio”, según los vecinos

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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Las macroconcentraciones de jóvenes atraídos por la convocatoria en redes sociales de peleas concertadas comenzaron hace meses en la zona del centro de la ciudad y se han ido moviendo por distintos barrios. El último el de Lakua, donde este pasado fin de semana, en concreto en el entorno de la plaza Zumaia, la concentración fue especialmente multitudinaria, con más de 150 adolescentes, y problemática, ya que la policía interpuso docenas de denuncias por motivos diversos. En especial, por incumplir la normas de seguridad ante la Covid, de mantener distancia y llevar mascarilla, pero también por beber en la calle o tenencia de drogas.

Mayor control y concienciación

Hoy el alcalde de Vitoria, Gorka Urtaran, ha negado que cientos de jóvenes queden para pegarse o que haya bandas organizadas en la ciudad, pero ha anunciado más presencia policial en los alrededores de la plaza Zumaia, escenario de las últimas convocatorias, con un propósito disuasorio. “Es falso que haya habido una macroquedada para pegarse, no hay grupos organizados de bandas en la ciudad. En todo caso ha podido producirse una situación de un incidente que dos jóvenes quedan para pegarse y eso puede concitar la atención de otros jóvenes”, ha señalado el regidor, quien también ha desvelado que la policía local hablará con las familias de los menores amonestados para “concienciarles”.

“Correr delante de la policía, un juego”

Los vecinos del barrio observan con preocupación que estas macroquedadas se han convertido en la nueva moda de ocio de los chavales ante la falta de alternativas por la pandemia. Temen que sus hijos pueden acabar envueltos en altercados. La presidenta de la Asociación Vecinal Ibailakua, Susana García, lamenta que muchos adolescentes consideran “un juego correr delante de la policía”. Y pide una solución global ya que hoy el problema está en un barrio y mañana en otro.