SECUESTRO BEBÉ
Mireia, acusada de raptar a un bebé del hospital pide perdón a los padres: "Por favor"
Arranca el juicio por el secuestro del recién nacido Aimar y la acusada del robo del bebé en Basurto reconoce los hechos y pide perdón a los padres
Bilbao - Publicado el - Actualizado
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Mireia, la joven acusada de llevarse a un recién nacido del Hospital de Basurto, en Bilbao, en 2022, y que se enfrenta a una petición de cárcel de hasta 7 años, ha reconocido los hechos, ha pedido perdón a los padres del bebé y ha dicho que no era su "intención", ya que no estaba en sus "cabales".
Juicio en sesión única
La Audiencia Provincial de Bizkaia ha acogido este martes, en sesión única, el juicio contra la mujer que el 19 de octubre de 2022, haciéndose pasar por personal sanitario, se llevó a un recién nacido del Hospital de Basurto de Bilbao. El bebé fue hallado, finalmente, en buen estado de salud, once horas después, tras ser abandonado en el felpudo de un domicilio de Santutxu por parte de la acusada.
En su declaración en el juicio, la acusada, que solo ha respondido a las preguntas de su abogado, ha reconocido los hechos y ha pedido perdón "al padre y a la madre" del bebé.
Los padres no se creen esa petición de perdón: "vivimos un horror"
Tras la acusada han testificado los padres del bebé que han relatado, entre lágrimas, el sufrimiento que les provocó el robo de su hijo recién nacido. El padre, que "no se cree" la petición de perdón de la acusada, ha explicado que ha estado durante un año en tratamiento psiquiátrico y que su mujer aún continúa de baja psiquiátrica por el "horror" que vivieron. "Es un trauma lo que hemos pasado, no dorminos por las noche todavía bien. A veces hasta sueñas que te llevan a la otra hija", ha dicho.
"No puedo seguir con mi día a día normal"
La madre del bebé ha declarado que la acusada entró varias veces a su habitación en el hospital "hablando como una enfermera normal". Le contó que "tenía dos hijos y que sus partos habían sido malísimos". En un momento dado, la encausada le dijo que le diera a su hijo porque le iban a realizar unas pruebas. "Yo cogí a Aimar de la cuna y se lo entregué", ha contado, para explicar que sigue en terapia psicológica. Según ha relatado, no duerme por las noches, le es "imposible salir sola", no puede trabajar y no puede seguir con su "día a día".
También ha testificado una enfermera del Hospital de Basurto, de turno de tarde el día de los hechos que se juzgan, que ha explicado que la acusada iba vestida como el personal sanitario, "de médico, de blanco", y ha supuesto que "aprovechaba los momentos que nosotras salíamos de las habitaciones para entrar ella". "Nosotras sabemos que ella entraba a las habitaciones porque era lo que las madres nos contaban", ha precisado.
El entorno de la acusada dice que entregó voluntariamente
Por otro lado, ha prestado declaración la amiga de la madre de la acusada, que cuando vio la noticia y la reconoció la llamó por teléfono, pero no obtuvo respuesta. Más tarde, la propia encausada le devolvió la llamada y, según ha relatado, solo decía "lo siento y lloraba". Se acercó a Zorroza en un taxi, donde la acusada le dijo que estaba en una plaza y que "no sabía qué hacer, no estaba en sus cabales" y, de camino, llamó a la Ertzaintza, cuya llegada esperaron juntas.
En el juicio ha declarado también la propietaria de la vivienda del barrio de Santutxu donde la acusada dejó al recién nacido. Según ha relatado, desde que sonó el timbre de su puerta, a las 8.15 horas, hasta que salió transcurrieron "dos segundos", pero cuando abrió solo vio a la criatura en el felpudo. Ella entró en casa con el bebé y su marido e hijo salieron "escalera arriba, escalera abajo" para ver si veía alguien mientras llamaban al 112, "pero no vieron a nadie".
Declaran los ertzainas que investigaron el caso
Por su parte, los agentes que procedieron a su detención han indicado que no opuso resistencia y que la amiga que estaba con ella recogió su móvil y después se lo entregó a la madre de la encausada, que finalmente se lo entregó a la Ertzaintza "unas horas después".
Además, uno de los ertzainas que estuvo presente en la toma de declaración en sede policial ha mantenido que la acusada "solo contestaba a las preguntas de su abogado" y "cuenta hechos", pero "no contó todos los hechos, ni todos los hechos que contó eran ciertos".
El ertzaina que recuperó la información del móvil de la acusada ha explicado que había conversaciones sobre "temas de embarazo y partos", así como "planos del hospital de Basurto" y también se habían hecho búsquedas sobre noticias del rapto de un bebé.
Declaración de los forenses
Por su parte, los forenses del Instituto de Medicina Legal que han testificado han declarado que la acusada presenta "un funcionamiento intelectual límite, por debajo de la media", pero "suficiente para entender, con una pequeña merma en grado leve, la entidad de sus conductas".
También han precisado que el hecho de no haberse quedado embarazada a pesar de intentarlo durante mucho tiempo puede "funcionar como una motivación para realizar la conducta investigada", pero "no afecta a nivel cognitivo ni volutivo". "No existe una plenitud del rendimiento, pero tampoco lo podemos entender como un absoluto trastorno, porque los trastornos de la inteligencia empiezan con un coeficiente intelectual inferior a 70 y ella tiene 75", han subrayado.
Además, han indicado que el análisis de las muestras de pelo y orina realizado el día de los hechos dio como resultado "unos consumos repetidos de cocaína, anfetaminas y cannabis", pero han señalado que, viendo la evolución posterior de su historia clínica, sería un "abuso de sustancias, pero no parece una dependencia".
Petición de penas
Tras las declaraciones de la acusada y testigos, las acusaciones y la defensa han elevado a definitivas sus conclusiones provisionales y han presentado sus informes.
La Fiscalía ha mantenido su petición de 4 años de cárcel por un delito de detención ilegal, al considerar "probados los hechos" y tras el reconocimiento realizado por la propia encausada "diciendo cómo el 19 de octubre accedió al hospital de Basurto y se llevó al menor de la habitación en la que estaba junto a su madre".
Y lo hizo, ha asegurado, llevando a cabo "una conducta que había planificado previamente" porque "lleva a cabo un estudio previo del lugar, utiliza un uniforme de médico, se hace con la confianza de las pacientes y no devuelve al niño hasta el día siguiente, cuando ya se ve totalmente presionada porque ha sido identificada y por el entorno social". Como única atenuante, la Fiscalía reconoce la merma leve de su capacidad cognitiva y volutiva.
La defensa ha destacado que la acusada parece un "trastorno leve y es una persona con capacidades limitadas", por lo que pide que se aplique la atenuante de "anomalía psíquica", y que ha reconocido "desde el primer momento los hechos", por lo que solicita la atenuante de confesión y colaboración.
Además, ha defendido la concurrencia de la atenuante de reparación del daño causado al haber abonado la mitad de los 12.000 euros en concepto de responsabilidad civil. Por todo ello, plantea una pena de 9 meses.
Por su parte, la acusación particular ha mantenido también su petición de seis años de cárcel por un delito de detención ilegal y un año por un delito de abandono, porque "con su conducta puso al niño en una situación de riesgo que podía haber evitado si se hubiera entregado con el bebé, al que dejó en un felpudo solo, sin ningún tipo de protección ni cuidado".
La acusación ha rechazado las atenuantes de reparación de daños porque no fue hasta el momento en que se le notificó el auto de apertura de juicio oral y se le requirió el pago de la fianza cuando empezó a pagar 100 euros; de confesión, porque esta "se produce después de haberse iniciado las diligencias policiales"; y de anomalía psíquica porque el informe médico forense se acredita que la causa es "imputable, reconociéndose una merma leve de sus capacidades cognitivas y volitivas". El juicio ha quedado este mismo martes visto para sentencia.