El lento declive del PP en el País Vasco

Durante la campaña electoral de las elecciones vascas de 2001, muchos creyeron que Jaime Mayor Oreja podría llegar a ser lendakari. En plena oleada de atentados de ETA, tras la ruptura de la tregua trampa que la banda terrorista había declarado en 1998, el Partido Popular de Mayor Oreja y el Partido Socialista de Euskadi de Redondo Terreros llegaron a una alianza para gobernar juntos en caso de lograr mayoría absoluta.

En frente, el PNV de un Juan José Ibarretxe que ya apostaba claramente por la independencia como su principal objetivo político. Durante gran parte de la campaña electoral, parecía posible para el Partido Popular alcanzar la victoria y gobernar junto al PSE la Comunidad Autónoma Vasca, poniendo fin a 20 años de hegemonía nacionalista.

Una posbilidad, la de la victoria del PP, que movilizó extraordinariamente al electorado nacionalista, subiendo la participación hasta el 79%, la más alta de la historia del País Vasco. Juan José Ibarretxe logró 604.000 votos y 33 escaños, el mejor resultado histórico del PNV, y mantuvo el gobierno vasco.

Aunque no logró su objetivo, el resultado de Mayor Oreja en aquellas elecciones vascas de 2001 fue también histórico. El PP logró 19 diputados y 326.000 votos (para ponerlo en contexto, el PNV de Urkullu ha ganado las elecciones de 2020 con 349.000 votos). El PP fue la segunda fuerza en Álava, Vizcaya e incluso en Guipúzcoa. Bastión de la izquierda abertzale.

En aquellas elecciones, por cierto, Euskal Herritarrok, liderada por Arnaldo Otegi, apenas obtuvo 7 escaños, su peor resultado histórico.

El PP ya venía de un gran resultado en las elecciones de 1998, tras el asesinato de Miguel Ángel Blanco, en las que liderados por Carlos Iturgáiz lograron 16 escaños y 251.000 votos, siendo también la segunda fuerza, por detrás del PNV.

El comienzo del declive

El gran resultado de Mayor Oreja fue la cima del Partido Popular en Euskadi, que a partir de entonces comenzó un lento declive en sus resultados electorales. Las siguientes elecciones, las de 2005, la formación liderada por María San Gil obtuvo 15 escaños y 210.000 votos, perdiendo cuatro diputados y 116.000 sufragios respecto a los comicios anteriores. En aquellas elecciones, ya con Zapatero en Moncloa, el PSE de Patxi López adelantó a los populares situándose como segunda fuerza.

Las discrepancias con Mariano Rajoy y el diagnóstico de un cáncer de mama llevaron a San Gil a abandonar la primera línea política, siendo sustituida por Antonio Basagoiti, candidato a las elecciones de 2009. En ellas, el PP volvió a ser la tercera fuerza, con 146.000 votos y 13 escaños, continuando su lenta caída.

A pesar de ello, por primera vez, la suma de PSE y PP logró la mayoría absoluta, y Patxi López se convirtió en el primer lendakari no nacionalista con el apoyo del PP.

Aquel gobierno de López no acabó bien y en las siguientes elecciones vascas, las primeras tras el cese definitivo de los asesinatos de los terroristas de ETA, el constitucionalismo se hundió, mientras que la izquierda abertzale se disparó. El PP de Basagoiti volvió a tocar suelo, con apenas 10 escaños y 130.000 votos. Iñigo Urkullu fue elegido lendakari.

El mal resultado del PP en 2012 llevó a la salida de Basagoiti y a la llegada de Arantza Quiroga, cuyo periodo al frente del PP en Euskadi fue breve. En 2016, Alfonso Alonso fue la apuesta del PP para intentar mejorar los resultados, pero los populares siguieron cayendo, convirtiéndose en el quinto partido, con apenas 9 escaños en Vitoria

Precisamente, sustituir a Alfonso Alonso fue, junto a la coalición con Ciudadanos, la gran apuesta de Casado para estas elecciones vascas, en las que sin embargo, el PP ha vuelto a empeorar resultados por quinta vez consecutiva. Apenas cinco escaños y 60.000 votos, unos resultados cinco veces peores que los logrados por Jaime Mayor Oreja hace 19 años.