INCENDIO TRINTXERPE
Afectada por el incendio de Trintxerpe: "Las imágenes son imborrables y siempre van a estar ahí"
Marta nos cuenta en Cope Euskadi que "se le pone la piel de gallina" con incendios como el de Valencia. Recuerda diez años después "lo mal que lo pasamos y empatizo con ellos"
San Sebastián - Publicado el - Actualizado
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Hace 10 años 42 familias que vivían en los números 5 y 7 de Euskadi Etorbidea en el barrio de Trintxerpe en San Sebastián perdieron sus casas tras impactar, mientras celebraban la Nochevieja, una bengala náutica en el tejado del inmueble de madera. El fuego se propagó con gran rapidez y el edificio tuvo que ser demolido, a pesar de que la rápida intervención de los bomberos "evitó daños personales".
Marta García es profesora y entonces vívía en la última planta. Era su piso de soltera que había comprado con sus ahorros y una hipoteca y todavía recuerda en Cope Euskadi aquel momento. Son "imágenes imborrables" que le vienen a la cabeza cada vez que ocurre otro incendio, como el de Valencia. Asegura que "se le pone la piel de gallina" porque recuerda lo mal que los vecinos lo pasaron hace diez años y "empatiza" con la situación que estarán pasando ahora los afectados en Valencia.
Marta califica de "impactante" ese recuerdo porque "es tu casa, tu esfuerzo, tus ilusiones y está todo ahí". Nos cuenta que estaba cenando en casa de su ama ese 31 de Diciembre de 2013 cuando, pasados los primeros minutos de 2014 recibió una llamada. Empezó a recibir fotos: "No te lo quieres creer. Nos acercamos allí y esa imagen no se me va", asegura.
Hicieron falta ocho años y medio y mucho esfuerzo de los vecinos para construir un nuevo edificio en el solar. Hubo muchos damnificados que tuvieron que seguir pagando su hipoteca además del alquiler de los pisos de Pasai Antxo donde estuvieron alojados durante años. Marta optó por un alquiler en otro lugar y nunca volvió a vivir Trintxerpe porque ocho años fueron demasiado tiempo de espera. De esta tragedia recuerda la "ola de solidaridad" que se generó aunque cree que el recuerdo de la tragedia "siempre estará ahí".
Marta vive ahora en otro lugar con su marido y su hijo como hicieron algunos de los afectados por este incendio, cuyo culpable no consiguió localizar la investigación policial.