Los vecinos afectados por el incendio de San Sebastián no podrán volver en varios días a sus casas

El incendio desatado en el cuarto piso de la calle San Marcial número 8 de San Sebastián aún no ha sido completamente extinguido y los bomberos siguen trabajando en el lugar. Retiran la basura y enseres acumulados en una vivienda en la que antes vivían una mujer y su hija. Arrojan desde el balcón todo tipo de objetos, sobre todo ropa y de momento "sólo es el 20% de lo que queda en el piso", confirma este jueves el edil de Seguridad Ciudadana, Martin Ibabe.

"Hay habitaciones en las que prácticamente la basura está a la altura de la puerta a las que los bomberos no han podido acceder", ha detallado Ibabe que advierte de que "esto nos va a llevar tiempo".

diez familias realojadas

Diez familias están afectadas por los daños en las viviendas del número 8 de la calle San Marcial y el inmueble colindante en la calle Etxaide 6. Van a seguir realojadas y no podrán regresar a sus viviendas, por lo menos, en tres días. 

En total, hay un mínimo de diez viviendas afectadas, seis de ellas en un estado "bastante deteriorado", ha indicado Martín Ibabe, al tiempo que ha explicado que hay una investigación en marcha y que será la que determine el origen de las llamas.

En cuanto a los daños registrados, Ibabe ha señalado que el bloque contiguo al del incendio, en la calle Etxaide 6, es de madera hasta la cuarta planta y confirma que los arquitectos municipales están revisando la estructura, mientras que el edificio en el que se desató el fuego, el de la calle San Marcial 8, es de hormigón.

"síndrome de diógenes"

José Boyra estaba con su hija trabajando en la consulta de psicoterapia que tienen en el quinto piso de la calle San Marcial 8 cuando unos gritos les alertaron del fuego y tuvieron que salir corriendo. Él y otros dos vecinos aseguran que la inquilina del piso incendiado tenía "Síndrome de Diógenes".

"Esta mujer tenía un problema de guardar cosas", subrayan. Están muy preocupados y también des da pena la mujer porque "no deja de ser una enfermedad". Esta vecina explica que la inquilina "andaba por todos los contenedores de la zona" y que le veía "bajar, pasar y volver con las bolsas llenas". Un tercer vecino también señala que "no hacía más que guardar cosas en su piso".