La Fundación Fernando Buesa alerta contra la "exacerbación" de las diferencias identitarias

La Fundación Fernando Buesa ha subrayado que Euskadi se enfrenta al "exigente" reto de avanzar hacia una convivencia basada en el "respeto a la diferencia", de forma que la reivindicación de los rasgos que puedan "identificar" a la sociedad vasca se realice sin "exacerbaciones" dirigidas a la búsqueda de una "peligrosa pureza". Palabras que llegan a pocos días de que se celebre un año más, en Vitoria, el homenaje al dirigente socialista Fernando Buesa y a su escolta Jorge Díez, asesinados por ETA en 2000.

La Fundación constata que "la vida se hacía insoportable en una sociedad dividida por la violencia" y que, una vez superada esta, "se hace poco asumible en otra escindida por los recuerdos, por la ausencia de un mínimo proyecto común de futuro y por la inexistencia de unos consensos básicos".

"SUBLIMACIÓN DE LA COMUNIDAD"

En este contexto, plantea que la recuperación del concepto de 'comunidad' es algo "necesario", ya que las sociedades sin cierto grado de integración interna "no son posibles". La Fundación Buesa indica que el terrorismo de ETA "se soportaba precisamente en la sublimación de la idea de comunidad, además de en su consideración exclusivista y, por tanto, excluyente".

Por ese motivo, considera que la tarea necesaria de recuperar la comunidad para poder vivir en ella "debe hacerse desde el respeto de su diversidad". En todo caso, reconoce que esta no es una tarea "fácil", ya que el debate entre los valores universales y los localistas "nos ha perseguido desde el comienzo de la Modernidad".

La Fundación alerta de que "sería nefasto volver a encumbrar una visión homogeneizadora de la sociedad vasca, precisamente el objetivo que dio aliento al terrorismo y al proyecto político que este sostenía".

DEMOCRACIA Y ESTADO DE DERECHO

Por el contrario, subraya que valores como el respeto a la diferencia entre la ciudadanía, la democracia y el Estado de Derecho como bases de la convivencia, "son los que pueden asegurarnos un futuro mejor".

Todo ello, junto al "deseo de vivir en una sociedad vasca diferente de otras, con rasgos en los que nos vemos identificados sus habitantes, pero sin necesidad de exacerbar estos en la búsqueda de una peligrosa pureza". La Fundación asume que este es un objetivo "exigente y no sencillo", pero que a la vez resulta "tan necesario como apasionante".