La travesía de una joven vizcaína al mando a bordo: "He visto todos los océanos"
Mónica Barturen, oficial de marina mercante, comparte en COPE su experiencia como mujer en un mundo de hombres que escogió siguiendo la estela de su abuelo y su hermano: "Necesitas que te hagan caso"

La experiencia al mando de un barco de la getxotarra Mónica Barturen a sus 24 años
Vitoria - Publicado el - Actualizado
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Mónica Barturen ha roto moldes en un mundo tradicionalmente masculino, la náutica, y casi extinto entre los jóvenes. Esta oficial de marina mercante se prepara para asumir el mando en una compañía francesa con 24 años. En COPE, nos acerca a una profesión apasionante.
Entre las asignaturas que estudió en la Universidad Pública del País Vasco (EHU) figuran n la Estiba, la Astronomía y la Navegación con radar. Mónica se embarcó en el Grado de Náutica y Transporte Marítimo que se imparte en Bilbao para seguir la tradición de su abuelo y de su hermano.
De Bilbao al mundo con vocación marinera
Esta joven de Getxo (Bizkaia) ya ha dado la vuelta al mundo, ha recorrido “todos los océanos”. Le preguntamos si ha tenido problemas por ser mujer en sus meses de travesía en distintos barcos. “Tuve mucha suerte. Cuando empecé a navegar, coincidí con la primera oficial, también de Bilbao, y no tuve problemas”, explica.

Mónica Barturen, al mando a bordo
Sin embargo, reconoce que ser la única mujer a bordo puede suponer un desafío, sobe todo al asumir responsabilidades de mando. “Los marineros tienen mucha más experiencia que tú en maniobras de atraque o desatraque. Eres responsable de la seguridad y necesitas que te hagan caso. Pero a veces, es difícil en momentos de tensión”.
La vida a bordo
La vida en el mar tiene sus encantos, pero también cierta dificultad. Mónica destaca las vacaciones como lo mejor de su trabajo. "Son dos meses seguidos de descanso, mejor que cuando estudiaba, ¡y con dinero!” Sin embargo, los largos periodos a bordo, como los seis meses continuos que vivió en un contrato, pueden hacerse duros.
“Entras en una monotonía, no puedes salir con amigos ni desconectar. Todos los problemas te los comes tú a bordo”, admite. La convivencia constante con el mismo equipo, incluido "el jefe" supone cierto desgaste. “Eso es lo peor, pero hay muchas cosas buenas”, aclara.

Barco mercante
Un futuro entre el mar y la tierra
A punto de firmar con una compañía francesa, Mónica, no descarta un futuro en tierra, como su hermano, que trabaja en una empresa logística en Bilbao. “Es una carrera bonita con muchas salidas laborales. No hace falta navegar toda la vida”.
Antes de despedirse, Mónica no esquiva el comentario sobre el mito del “amor en cada puerto”. “No es tan bonito. En mi caso estuve en un gasero y no bajas del barco, no hay oportunidad", señala entre risas.