ETA asesinó a Modesto Carriegas al día siguiente de su cumpleaños
"La sociedad vasca no ha teniido el valor de afrontar un genocidio como el ocurrido" afirma su hijo Rafael
Santander - Publicado el - Actualizado
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La fiesta de su 47 cumpleaños fue la última que celebró con su familia.”Le regalamos un disco de Luis Mariano”, recuerda su hijo Rafael que tenía entonces 14 años.Al día siguiente, el 13 de septiembre de 1979, ETA lo asesinó en el portal de su domicilio en Barakaldo.
Modesto Carriegas, casado y padre de 5 hijos, era director de la sucursal del Banco Hispano Americano en esa localidad vizcaína.Aquel día, como todos cuando iba a trabajar, se levantó temprano y al llegar al portal cuatro terroristas le dispararon causándole la muerte en el acto.
“Escuchamos los gritos de mi madre y de una tía carnal que vivía con nosotros.Mi madre se acercó al hospital de Cruces y dos horas después llegó a casa y nos contó que mi padre había muerto.”
Modesto había participado aquel año en las elecciones legislativas bajo la marca de Union Foral, un partido asociado a AP que no se presentaba en el País Vasco. A pesar de esto, la vinculación de Carriegas con la política era muy poca.
No fue la primera vez que Modesto sufrió un ataque terrorista.Unos meses antes, en enero, la sucursal del banco de la que era director fue atracada por varios miembros de la banda. A él lo secuestraron, lo metieron en un tren camino de Bilbao y le advirtieron de que no digera nada.” Mi padre nunca nos transmitió que tuviera miedo.Aque verano, como otros muchos fuimos de vacaciones a Lekeitio con total normalidad” cuenta en esta entrevista su hijo Rafael.
Como en tantos otros crímenes de ETA, la sociedad dió la espalda a la familia de Carriegas y la sensación del “algo habrá hecho” también en este caso circuló por Barakaldo.
La viuda, publicó días depues una carta en las prensa local diciendo a sus asesinos que se habían equivocado.Que Modesto era un buen hombre, un buen padre, un trabajador de banca que no había hecho nada.La respuesta de la banda fue enviar una carta amenazadora a la familia exigiéndoles que se fueran de Barakaldo.
Y la familia dejó el pueblo pero no por las amenazas de ETA sino porque el banco les quitó el piso en el que vivían.
El asesinato de Modesto Carriegas, otro de los más de 300 sin resolver, destrozó la familia hasta tal punto que su hijo mayor terminó cayendo en el mundo de las drogas “ y murió tras una vida horrorosa”