El hijo de una víctima de ETA: "El único sitio en el que quiero ver a sus asesinos es en la cárcel"

El Teniente Coronel Carlos Vesteiro fue asesinado por ETA junto a otros dos militares en Madrid

Santiago Ruiz de Azúa

Santander - Publicado el - Actualizado

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El 17 de junio de 1986 dos miembros de ETA, que simulaban ser una pareja de novios, ametrallaron un coche en las cercanías del Estadio Vicente Calderón de Madrid, disparando medio centenar de balas. Después, uno de los terroristas se acercó al vehículo y, metiendo un brazo por una de las ventanillas rotas por los disparos, remató a los ocupantes que ya estaban heridos de muerte.

El atentado terminó con las vidas del teniente coronel Carlos Vesteiro, el comandante Ricardo Sáenz de Ynestrillas y el soldado Francisco Casillas.

Vesteiro, natural de A Coruña, estaba casado y tenía 4 hijos. “Estaba jugando con unos amigos al balón cuando una vecina me gritó desde la ventana para que subiera a su casa. Al entrar me lo soltó a bocajarro” nos cuenta su hijo Carlos que en el momento del atentado tenía 13 años.

Fueron días muy duras para toda la familia en los que la viuda del Teniente Coronel lo pasó muy mal.” Quedan heridas que no se cierran nunca” asegura Carlos hijo cuya familia recibió desde el principio el cariño de toda la colonia militar donde residían. No se vivía la misma sensación fuera, donde era frecuenta escuchar, tras un atentado, comentarios como “algo habrán hecho”, recuerda el hijo del Teniente Coronel asesinado.

Durante muchos años para Carlos Vesteiro hijo el atentado de su padre fue un tema tabú “ni hablaba de él ni quería oír hablar. Lo esquivaba. Ahora, sin embargo, recordar a mi padre me sirve de terapia”.

Los autores del atentado, entre ellos Iñaki de Juana Chaos, fueron detenidos y juzgados. Y aunque alguno de ellos asumió la vía Nanclares, el hijo de Carlos Vesteiro lo tiene muy claro, “el único lugar donde quiero ver a los asesinos de mi padre toda la vida es en la cárcel”.