Joxeba Pagaza, el hombre bueno al que fascinaban los piratas

Sabía que ETA iba a por él pero sus superiores no le hicieron caso

Santiago Ruiz de Azúa

Santander - Publicado el - Actualizado

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Joxeba Pagazaortundua era un amante de las historias de piratas. De pequeño su abuela le regaló un libro con estos relatos y desde entonces le fascinaron. Quizá influido por aquellas aventuras, su alma y su mente eran libres y valientes como las de los piratas buenos. No callaba ante las injusticias ni permitía que nadie pisoteara los derechos de otra persona.

Ingresó por oposición en la policía municipal de Andoain y pronto demostró que era un buen policía. Su trabajo ayudo a desmontar algún comando terrorista y fue pionero en el trabajo contra la violencia de género. Méritos que le sirvieron para ascender a Jefe del cuerpo.

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Pero las satisfacciones que le daba su trabajo, se las arrebataban sus vecinos: insultos, amenazas, ataques con cocteles…Actitud hostil que le obligó a marcharse a trabajar a Laguardia en comisión de servicios escapando de una hostilidad cada vez mayor hacia él y su familia.

En 2000 le obligaron a volver a pesar de que él había manifestado a sus superiores el miedo que sentía. “Cada vez veo más cerca mi final” le había escrito al Consejero del Interior Javier Balza.

El 8 de febrero de 2003, mientras tomaba un café en un bar del pueblo ETA lo asesinó.

Su hermana Maite, estaba aquel día en Madrid visitando a un amigo enfermo de cáncer. Recibió una llamada y al instante supo que habían asesinado a su hermano. ”Estaba sola, en un hotelucho y lo único que pude hacer fue abrazarme a la señora de la limpieza” recuerda la hoy eurodiputada.

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El clima tanto antes como después del asesinato obligó a la familia de Joxeba a marcharse de Andoain huyendo del odio de un pueblo que les seguía mirando mal. Un pueblo del que alguno de sus vecinos años después ha mostrado su arrepentimiento y pedido perdón a la familia a través del “Buzón de Joxeba” una iniciativa que los Pagaza pusieron en marcha buscando eso: el arrepentimiento anónimo de los vecinos. Ninguna de las cartas recogidas pertenece a sus asesinos o chivatos a los que no hace mucho se les homenajeó en el pueblo. ”Este tipo de actos hace imposible cerrar el duelo, es terrible” reconoce la hermana de Joxeba, Maite Pagazaortundua.