"Nadie me ha pedido perdón por el asesinato de mis padres. Tampoco quiero que lo hagan"

El atentado de ETA también separó temporalmente a los hijos de Eutimio y Julia

Santiago Ruiz de Azúa

Santander - Publicado el - Actualizado

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El 19 de febrero de 1992, Eutimio Gómez salió de trabajar del Hospital Marqué de Valdecilla en Santander un poco antes de lo habitual y decidió ir a buscar a su esposa Julia Ríos que trabajaba en una panadería familiar del barrio de la Albericia. Eran las 20.30 de la tarde.

Mientras, apostado en una esquina, el etarra Iñaki Rekarte esperaba el paso de un furgón policial camino de la comisaria del barrio. Cuando lo vio aparecer accionó el mando a distancia de la bomba colocada en otro vehículo causando una veintena de heridos y la muerte de tres personas: Antonio Ricondo y la de Eutimo y Julia. Tenían 43 y 42 años y dos hijos adolescentes, Silvia y Jesús, que quedaron huérfanos aquel día.

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“Con el paso del tiempo hechas cada vez más en falta a tus padres” cuenta Silvia, hija del matrimonio, en esta entrevista.

"Recuerdo con horror la llegada a casa, fue como un latigazo. Una vecina me invitó a pasar a su casa donde ya estaba mi hermano Jesús que me preguntaba qué pasaba y yo no sabía que decirle”

En el año del atentado, el Hospital Marqués de Valdecilla albergaba también el depósito de cadáveres. Allí,contaron a Silvia aquella noche que su padre había muerto. “ Y mi madre, preguntaba yo. Tu madre también. Pero, también qué? Insistía. No me lo quería creer

El asesinato de Eutimio y Julia rompió la familia y separó a los hermanos, temporalmente. Silvia se fue a vivir con una hermana de su madre y Jesús con un hermano de su padre. “Nadie creía que yo me podía hacer cargo de todo pero al año volví a mi casa y un mes después vivíamos juntos Jesús y yo”

Silvia y su hermano han vivido juntos hasta la muerte de Jesús hace unos años en un accidente de tráfico, ”fue otro duro golpe de la vida” cuenta Silvia.

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La hija de Eutimio y Julia también lo pasó muy mal cuando una tarde viendo la televisión anunciaron una entrevista al asesino de sus padres .”Intenté que alguien del programa me contará con lo que me iba a encontrar. Fue imposible”, recuerda.

Vio la entrevista sola, en su casa y cuando Rekarte no fue capaz de recordar los nombres de sus padres “volví a sentir un dolor inmenso”.

A Silvia Gómez Ríos no le ha pedido nadie perdón por el asesinato de sus padres, tampoco quiere que lo hagan, y lo que sí lamenta es que el Gobierno y el PSOE legitimen ahora a quienes siempre han apoyado a los terroristas. “ No puedo imaginarme lo que tienen que sentir tantas víctimas socialistas,asesinadas por defender unos ideales y que ahora sus dirigentes les estén traicionando”.