"No quiero, no me sirve de nada que me pidan perdón.Mis padres no van a volver"

ETA asesinó a los padres de Tamara cuando tenía 5 años.Los acusó de ser texicómanos

Santiago Ruiz de Azúa

Santander - Publicado el - Actualizado

2 min lectura

Los atentados de la banda terrorista ETA han dejado miles de huérfanos repartidos por todo el territorio nacional. En el País Vasco más de mil niños se quedaron sin padre, sin madre o sin ambos tras un atentado de ETA.

Es el caso de Sherezade y Tamara. Tenían 7 y 5 años cuando la banda terrorista asesinó de dos disparos a sus padres a la salida de un bar de la Parte Vieja donostiarra el 6 de abril de 1990. Miguel Paredes, carpintero de 33 años y Elena Moreno de 30.

Cuando ETA asumió su asesinato, lo justificó diciendo que eran toxicómanos.

Miguel Paredes con su hija Sherezade

Miguel Paredes con su hija Sherezade

“Nuestros abuelos nos contaron que mis padres habían muerto en un accidente de coche, pero en el colegio escuchábamos otras cosas” cuenta desde Argentina Tamara Paredes Moreno.

La hija pequeña de Miguel y Elena reconoce que se enfadó mucho cuando leyó en la prensa que a sus padres les había asesinado ETA acusándolos de toxicómanos.

Además de ser falso no es excusa para matar a nadie” dice Tamara. Tenía 11 años cuando supo la verdad. La vida en el colegio no fue todo lo fácil que le hubiera gustado sobre todo con uno de sus compañeros quien le llego a decir en alguna ocasión que sus padres se merecían lo que les había pasado.

El asesinato de Miguel y Elena pronto cayó en el olvido judicial. A los seis meses se cerró el sumario sin llegar a poner nombre a los autores materiales de los disparos. Un sumario con anotaciones manuscritas que permitieron identificar la pistola que se utilizó, un arma que Balerdi Ibarguren-otro etarra- entregó a un compañero, autor material de los disparos. Tamara está convencida que se sabe quién es el asesino de sus padres. “Hace unos años unas personas trajeadas se presentaron en casa de mi abuela y le dijeron que no se preocupara más que el asesino de su hijo había muerto” cuenta Tamara desde Argentina.

Tamara reconoce que no le serviría de nada que le pidieran perdón, “no me cambia nada. No es que me pidas perdón y mis padres vayan a volver” sentencia la hija pequeña de Miguel y Elena para quien los homenajes y recibimientos a los terroristas son una vergüenza difícil de entender.