"Tras el funeral, la gente del pueblo nos miraba como si fuéramos los asesinos"

ETA asesinó al hermano de Victor González Huergo junto a otros tres compañeros guardia civiles

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Víctor González Huergo, hermano de Mariano guardia civil asesinado por ETA

Santiago Ruiz de Azúa

Santander - Publicado el - Actualizado

2 min lectura

El 20 de septiembre de 1980, Antonio García, Mariano González, Miguel Hernández y Alfonso Martínez comían juntos en el bar restaurante Arrieta, en Markina. Eran cuatro jóvenes guardia civiles que prestaban servicio de protección en las instalaciones de la empresa de armamento Esperanza y Cía. y estaban destinados en el cuartel de esa localidad bizkaína.

Pasadas las dos y media de la tarde, con el restaurante ya cerrado, alguien llamó a la puerta de atrás. La hija de los dueños, una joven de 15 años abrió la puerta y tres terrorista entraron sin mediar palabra, se dirigieron a la mesa en la que comían los cuatro guardias civiles y les acribillaron a balazos. Los cuatro murieron en el acto. En el lugar del asesinato se recogieron más de 20 casquillos de bala del calibre 9 mm parabellum, munición empleada por ETA.

Mariano González Huergo, guardia civil asesinad por ETA

“Mariano cumplía 25 años el 28 de septiembre, era el mayor de los cuatro que no sumaban 100 años” recuerda Víctor González Huergo, hermano de Mariano.

A Víctor le contó lo sucedido un tío que fue quien llevó a la familia hasta Markina. “Fue un viaje angustioso. Ibas sin ninguna esperanza, ya nos habían dicho que Mariano estaba muerto”, recuerda Víctor.

Los días siguientes tampoco fueron fáciles. El entierro y el funeral se realizaron a toda prisa para que las familias se llevaran los cuerpos aún calientes a sus lugares de origen. “La iglesia no tuvo nada de empatía con las víctimas” asegura dolorido Víctor, “y en el pueblo nos miraban como si nuestros fuéramos los terroristas. Todo seguía igual, parecía incluso que lo estaban celebrando”.

Víctor con su hermano mayor Mariano

Tras la muerte de Mariano llegó el silencio, el no hablar de los sucedido “para no hurgar en la herida y hacernos daño”. Llegó el preguntarse diariamente ¿por qué, para qué?. El tiempo pasa y todavía hoy muchos vecinos de Víctor y compañeros de trabajo en el ayuntamiento de Santander, donde es concejal de hacienda, desconocen su condición de víctima.

Víctor González Huergo quiere recordar a su hermano y pedir justicia. “Que nadie reescriba nuestra historia y que los asesinos cumplan las penas que les impone la justicia”.

Víctor González Huergo

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