psicología

Cómo entrenar la concentración en los niños con múltiples beneficios

El psicólogo y educador Javier De Haro ofrece pautas que ayudarán a los pequeños en todas las facetas de su vida

Maite Fernández

Murcia - Publicado el

4 min lectura

La concentración es importante en el día a día. Ayuda a realizar las tareas de mejor manera y nos mantiene atentos a los que es crucial en cada momento. En el caso de los más pequeños también es un concepto a tener muy en cuenta y además se puede entrenar.

En el caso de los niños ayuda en el rendimiento escolar, hace más favorable la actitud en las relaciones con otros compañeros y consigue desarrollar la paciencia e incluso la autoestima. Este proceso, que se puede y se debe entrenar, tiene múltiples beneficios.

El psicólogo y educador, Javier De Haro, es un experto en la cuestión tanto en las consultas como dentro del aula y reconoce que se suele unir solo a la capacidad escolar, cuando su importancia es bastante mayor. 

"Muchas veces cuando hablamos de concentración, lo resumimos todo el ámbito académico, pero es que la concentración influye en las relaciones sociales, en la autoestima, en la motivación, en la felicidad. Merece mucho la pena que invirtamos energía en potenciar la concentración de nuestros peques", indica el experto.

Hay niños que no llegan a concentrarse ni jugando. Todo el mundo ha visto la escena en la que van jugando de juguete en juguete y parecen inquietos hasta en sus momentos de ocio y diversión.

EL PROCESO EMPIEZA PRONTO

Desde los primeros años ya existen niveles de concentración. "Empezar a desarrollar esa concentración desde muy pronto. Me explico. Los niños de 2, 3, 4 añitos, pues son muy emocionales. ¿De acuerdo? Pero eso no quiere decir que podamos tocar la parte racional del cerebro". 

La mejor forma es hacerles de alguna forma responsables de ciertos compromisos. "¿Cómo? pues diciendo lo que tienen que hacer y cómo tienen que hacerlo, el darles responsabilidades, el potenciar esa parte de autonomía, el ayudarles a que jueguen ellos solos y para eso tienen que aburrirse. De esa forma, estamos ayudándoles a que toquen la parte racional del cerebro, es decir, oye, ¿ahora qué juego? ¿Ahora qué hago".

"Cuando un niño se acostumbra a pensar por sí mismo, ya desde muy pequeñito, ya estamos ayudándole a que se concentre mejor", explica De Haro. Influyen en el poder de concentración desde la alimentación hasta las horas de sueño.

"Hoy en día hay dos factores que influyen muchísimo. Bueno, tres realmente, pero hay dos que son los principales. El primero de ellos tiene que ver para que tú puedas entrenar esta concentración. Tienes que estar bien físicamente, tienes que haber dormido, tienes que haber comido bien. Eso es fundamental, es como la energía, por así decirlo. Pero luego es cierto, y no es por sacar otro tópico, pero las pantallas están afectando muchísimo".

Los dispositivos afectan en casi todo y esta no es una excepción. "Afectan porque el tipo de estimulación la hacen con estímulos rápidos, cambiantes, al final sobrecargan esta atención del niño y el niño se acostumbra a que si la actividad no tiene este tipo de estimulación, pues le cuesta mucho mantener la atención."

COPE

Educador y psicólogo

Qué señales deben hacer ver que los peques tienen problema en esta cuestión. "Es muy importante el que sepamos ver esas señales. ¿Cuáles serían esas señales? Muchas veces nos confundimos porque decimos, no, no, mi hijo está viendo la tele o está viendo la pantalla y es capaz de estar media hora. Pero eso no cuenta por esta sobreestimulación que hemos comentado".

Hay parámetros que ayudan. "Cuando tú ves que tu hijo no es capaz de seguir unas rutinas, de ser autónomo, tienes que decirle las cosas mil veces. No es capaz de estar dos minutitos haciendo una misma actividad que le exija un poquito de concentración".

En ese punto, recomienda hablar con los profesores por si el tema es importante para ponerse en manos de un profesional.

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Un niño con los deberes

técnicas para realizar

Hay trucos para realizar junto a los niños ese aprendizaje: "Lo primero, nos acostumbramos a tener hijos obedientes. Haz esto, esto y esto. Es mejor acostumbrarnos a tener hijos autónomos. Oye, cariño, ¿qué toca hacer ahora? Parece una tontería, pero cuando él es capaz de pensar lo que tiene que hacer ya está concentrado en eso".

Intentar que se centren en jugar o estudiar o hacer una labor sin distracciones como la tele o cualquier cosa que altere la concentración en lo que están haciendo es otro método.

La fidelización de las ideas es fundamental. "Y finalmente, súper importante, yo sé que somos muy pesados con las rutinas, pero las rutinas les ayudan a tener una estructura. Al final, cuando tener una estructura. Al final, cuando tienes una estructura, eres capaz de saber lo que tienes que hacer, dedicarte a ello, cuándo has de cambiar... Y al final todo esto hace que un niño pequeño vaya desarrollando esa concentración".