Real Murcia 0 - Lorca Deportiva CF 1. "El Condominazo"

La temporada 2005/2006 dejó muchos recuerdos en la memoria de los aficionados al fútbol en la Ciudad del Sol. El Lorca Deportiva CF que había conseguido el ascenso en Irún, con aquel "balón que bajó del cielo" tras un gran gesto técnico de Juan Carlos Ramos que batió a Otermín, llegaba como cenicienta del grupo de la Segunda División A, donde debía de competir con equipos como el Recreativo de Huelva de Uche, Gastón Casas o Viqueira, el Levante de Sandro, Congo o el hoy presidente de la RFEF Luis Rubiales, o grandes históricos venidos a menos como el Real Valladolid, Sporting de Gijón, Albacete, Hércules o los murcianos Ciudad de Murcia de Quique Pina y Real Murcia, donde Sergio Kresic contaba con una plantilla donde destacaban el portero Juanmi, Cuadrado, Acciari, Iván Alonso, Richi, Pedro León o el tan querido por la afición grana Juanma.

El equipo de Unai Emery, quien estuvo acompañado en el banquillo como segundo entrenador por el tristemente fallecido Leo López, afrontó un primer tramo de competición irregular y fue mejorando a raiz del un punto de inflexión, que llegó tras el partido ante el Eibar en Ipurúa. Una victoria en el frío y helado estadio armero, hizo que el "Tati" Maldonado despegara todo su potencial futbolístico y arrastró a un equipo que empezó a sonar como orquesta bien afinada.

El Lorca Deportiva CF afrontaba el mejor tramo de la competición, cuando el calendario le emparejaba con el Real Murcia. En esos momentos sumaba siete partidos sin perder tras ganar ante el Valladolid por 2-0, al Eibar por 0-3, empatar ante el Lleida 2-2, ante el Levante 1-1, volver a ganar 2-3 ante el Poli Ejido, 0-3 ante el Racing de Ferrol y 2-1 ante el Elche en el Artés Carrasco.

El estadio de La Condomina se vestía de gala para el derbi de la Región de Murcia. Los granas con Kresic en el banquillo necesitaban ganar para no perder comba con la parte alta de la clasificación y el CF Lorca Deportiva, muy cerca de la fase de ascenso, buscaba una victoria que le permitiera seguir soñando con metas más altas.

La moneda cayó de lado de los blanquiazules con un gol de Juan Carlos Ramos en el minuto 71. La locura se apoderó de los seguidores lorquinos que estaban ubicados en uno de los fondos de la Condomina y el silencio se apoderó del resto del estadio grana, dejando otro de los momentos de oro de la historia del fútbol lorquino escrito con letras de oro.