FÚTBOL FEMENINO
Eva Navarro levanta la Copa de Naciones con España
La yeclana jugó la segunda mitad en la victoria ante Francia en La Cartuja (2-0)
Murcia - Publicado el - Actualizado
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La selección española femenina de fútbol se ha proclamado este miércoles campeona de la primera edición de la Liga de Naciones al derrotar por 2-0 a Francia en la final disputada en el Estadio de La Cartuja de Sevilla y que ha dominado con bastante solvencia.
La campeona del mundo ha sumado su segundo título seis meses después de haber hecho historia con la conquista del Mundial de Australia y Nueva Zelanda tras un encuentro donde ha vuelto a imponer su estilo ante un rival al que ha ajusticiado con los goles de Aitana Bonmatí en la primera mitad y de Mariona Caldentey en la segunda. La yeclana Eva Navarro participó en la segunda mitad del partido y en la recta final tuvo la opción de hacer el 3-0 ante el combinado galo. La murciana hace doblete con el título mundial y el conquistado este miércoles en Sevilla además de sacar billete para los Juegos Olímpicos de París 2024.
La Roja nunca había ganado a la selección francesa (10 derrotas y 3 empates en 13 partidos), pero demostró su poderío y rompió el 'maleficio' ante las galas en el momento más decisivo, en una nueva final en la que fue muy superior a su rival y que, tras adelantarse con un gol de la barcelonista Aitana Bonmatí (min.32) y ampliar su renta en la segunda con otro de su compañera de equipo Mariona Caldentey (min.53), supo controlar en todo momento. Así, refrendaron su rol de campeonas.
Se medían dos selecciones potentes en esta final de la primera Liga de Naciones Femenina: España, campeona del mundo hace seis meses y considerada la actual mejor selección del globo; y Francia, con la asignatura pendiente de que buscaba su primer título absoluto, a pesar de sus éxitos en las categorías inferiores y del gran potencial de su liga.
La seleccionadora española, Montse Tomé, confió plenamente en las titulares que golearon en semifinales, el pasado viernes y también en La Cartuja, a Países Bajos (3-0) para certificar el billete a París 2024, que serán sus primeros Juegos Olímpicos, mientras que el experimentado técnico de Francia, Hervé Renard, también repitió el once que eliminó a Alemania (2-1).
Así, las cartas estaban 'marcadas' por ambos bandos. España comenzó con determinación y llevó la iniciativa desde el inicio, con más empuje y más llegada al área contraria, pero sin precisión, en una primera mitad en la que ambos equipos, quizás superados por las ganas y la importancia de pugnar por un título europeo, cometieron muchas imprecisiones.
Aun así, la Roja se impuso en el medio campo, dominado por la calidad y el rigor táctico de la medio de cierre Aleixandri y la magia de Aitana Bonmatí y Jenni Hermoso, con lo que el conjunto galo, muy receloso ante el juego mucho más dinámico de España, se dedicó más a controlar y frenar los intentos de las locales y fue incapaz de armar ningún ataque.
Tras avisar con un remate alto de Salma Paralluelo que desvió una defensora gala y con un testarazo de Irene Paredes que se marchó fuera por poco, el equipo de Montse Tomé buscó el gol con incursiones por las bandas, sobre todo por la siniestra con la profundidad de Carmona y Mariona, centros al área y transiciones por el interior, en especial de Bonmatí.
En una de estas intentonas, con un dominio meridiano por parte de España del ritmo del juego y de la situación a través de un fútbol vertical y ofensivo, sin miedo a nada, llegó el premio para las campeonas del mundo, cuando, nada más superarse la media hora, un gran centro atrás de la sevillana Olga Carmona desde la izquierda lo remachó en el área chica Aitana Bonmatí para hacer el 1-0 y su cuarto gol en esta Liga de Naciones.
Francia, dolida por este mazazo, quiso reaccionar, pero sin ningún éxito, ya que el control lo siguió teniendo la Roja, que incluso pudo ampliar su renta en el tiempo añadido de esta primera mitad con un cabezazo fuera de Aleixandri en un saque de esquina.
En la reanudación, las 'Blues' salieron a tratar de cambiar el panorama. No les quedaba otra, pero, a pesar de su mayor empuje y brío, ahora con una marcha más, se quedó en el intento porque no superó el gran trabajo colectivo, tanto en defensa como a la hora de ir al ataque, de un conjunto español desatado, muy concentrado y que no concedió nada a su rival.
Además, España no fue para nada conformista, siguió a lo suyo, intentando hacer su juego de posesión y profundidad. aunque Francia equilibró las fuerzas y ya las hispanas no fueron superiores, la Roja tuvo la fe y el acierto de aumentar su ventaja con el 2-0 logrado por Mariona Caldentey a los 53 minutos, tras una inteligente apertura a la derecha de Bonmatí hacia Ona Batlle, cuyo centro remató a la perfección la extremo mallorquina del Barcelona.
Esto acrecentó la tranquilidad del equipo español, que no cejó en mantener una buena defensa, en no dar opciones al cuadro galo, muchas veces impotente porque le costó un mundo acercarse con peligro al área contraria, y en mantener el balón, aunque quizás esto fue más difícil por la filosofía de fútbol vertical y de ataque directo, para hacer daño, de España.
Poco después del segundo, Salma Paralluelo no llegó a tiempo dentro del área en una contra y desbarató la ocasión la meta Pauline Peyraud-Magnin, al igual que le ocurrió en otra acción muy parecida en la recta final, pero la Roja se veía ganadora, controlando por completo a una Francia que lo intentaba e insistía, pero sin claridad alguna ante la solidez de su rival.
No fue el día, sin duda, de la selección 'Blue', que, entre las poquísimas que dispuso, tuvo una oportunidad más o menos peligrosa a 12 minutos del final por medio de la lateral Elisa De Almeida, pero tiró fuera tras recoger un balón suelto en el área de la meta de Cata Coll, quien, gracias a la ayuda y al partidazo de su zaga y de todo su equipo, casi no pasó apuros.
España siguió imponiendo su superioridad, supo conservar y gestionar a la perfección su ventaja. Defendió sin una sola fisura, logrando la excelencia, y, además, continuó mirando hacia arriba, atacando, algo que esta selección lleva en su ADN, con lo que hizo caer en la impotencia a una Francia que se dio por vencida y escribió una nueva página de oro en su historia con su segundo título, el de campeonas de la Liga de Naciones.