INFORME

Salud mental, principal preocupación de los jóvenes de Murcia

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Andrés Pedreño, autor del estudio

Redacción COPE Murcia

Murcia - Publicado el - Actualizado

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La salud mental es el principal problema que perciben los jóvenes residentes en el municipio de Murcia, seguido de las incertidumbres e inseguridades sobre su futuro, las dificultades en el acceso al mercado de trabajo y la precariedad laboral, la dificultad para entablar relaciones sociales y la falta de acceso a recursos y servicios.

Son las principales conclusiones a las que llega el estudio “Jóvenes entre crisis: diagnóstico sociológico sobre la situación de la población joven en el municipio de Murcia”, que ha elaborado la Universidad de Murcia (UMU) a petición de la Concejalía de Juventud con el objetivo de contar con una “hoja de ruta” a la hora de tomar decisiones políticas en materia de juventud partiendo, ha explicado la concejala del ramo, Teresa Franco.

Durante la presentación del informe este viernes, la edil ha destacado que en la capital regional residen unos 80.000 jóvenes de entre 15 y 29 años, y este informe trata de darles voz a partir de sus propias reflexiones, pero también de entrevistas con expertos y profesionales y de datos estadísticos de diversa índole.

Andrés Pedreño, uno de los autores del estudio, ha insistido en que el primer problema al que apuntan los jóvenes es el de la salud mental, una situación nueva que se ha visto incrementada tras la pandemia del coronavirus, que hizo aflorar patologías anteriormente poco frecuentes en la población joven, multiplicando exponencialmente las autolesiones, ideas autolíticas e ideas suicidas.

El Observatorio de la Convivencia Escolar de Consejería de Educación, ha señalado, reconoce que en 2020 y 2021 “se vivió una auténtica emergencia psíquica entre los estudiantes y se tuvo que afrontar con recursos recortados e insuficientes”.

En ese periodo, se comunicaron 518 protocolos de autolisis, un 38,4 por ciento de ellos, de alumnos que manifestaban ideas autolíticas o sudicas, mientras que otro 36 por ciento se había autolesionado y un 25 por ciento había presentado ambas situaciones.

Un 71,6 por ciento de esos protocolos tuvieron lugar entre estudiantes de secundaria (12 a 16 años), y otro 20,7 por ciento, en primaria (6 a 12 años), además de que tres cuartas partes del total de episodios, un 76 por ciento, los protagonizaron mujeres.

Pedreño ha destacado que, tras la pandemia, “la cuestión mental se ha convertido en parte de la cuestión social” y lo que denotan estos problemas de salud mental entre los jóvenes es que no encuentran soportes sociales en el mercado laboral, la educación o la posibilidad de construir su propio futuro fuera del hogar familiar.

Fruto de esta situación, el informe apunta también a un aumento de nuevas adicciones, principalmente al juego, así como un aumento de la percepción de situaciones de racismo y discriminación étnica, principalmente entre el alumnado extranjero, que es un 10 por ciento del total en el municipio.

Otro de los problemas que afloran en este informe es de las relaciones sexuales y de violencia de género: casi una cuarta parte de las mujeres que atendió el equipo municipal especializado en violencia machista (EMAVI) en 2021, un 23,6 por ciento, eran menores de 30 años.

Además, la inmensa mayoría de los jóvenes entrevistados, principalmente las chicas, dijeron haber experimentado o conocer casos de acoso sexual, agresiones sexuales, prácticas sexuales de riesgo, acceso a pornografía perniciosa o miedo a sufrir agresiones en espacios públicos o en redes sociales.

En cuanto al acceso al mercado laboral, según este estudio, ha indicado Marta Latorre, la reforma laboral aprobada en 2022 ha tenido un impacto positivo entre los jóvenes, puesto que los contratos temporales cayeron en un 44 por ciento, y aumentaron un 75 por ciento los indefinidos.

Sin embargo, la contratación femenina tiene un problema “estructural o persistente”, ya que ellas firmaban el 47 por ciento de contratos en 2012, y ahora son el 43,7 por ciento.

Un 72 por ciento de los jóvenes murcianos trabajan en el sector servicios (una cuarta parte de ellos, en hostelería y otro 16 por ciento, en comercio), y los encuestados resaltan la dificultad de compaginar esa actividad con la formación.

De hecho, al estudiar la variable del acceso a la educación, ha explicado Isabel Cutillas, la reclamación generalizada fue esa dificultad de compaginar actividades, que para muchos jóvenes es imprescindible para costearse sus estudios, especialmente los superiores.

El municipio de Murcia, recoge el informe, concentra al 31 por ciento de estudiantes no universitarios de toda la comunidad autónomas, y un 40 por ciento de ellos se forman en centros privados, concertados o no.

Coinciden también en el impacto negativo de la pandemia en su formación y vinculan también los centros educativos a la sociabilización, por lo que su percepción es que la pandemia no solo les privó de asistir a clase, también de la posibilidad de “hacer amigos”.

Una de las mayores preocupaciones de los jóvenes murcianos, incide Marta Latorre, es la dificultad de emancipación y acceso a la vivienda, que se acrecienta en muchos casos por el aumento del precio de los alquileres, que subieron un 4,7 por ciento de media el pasado año en la comunidad autónoma.

Denuncian los encuestados además la escasez de recursos públicos para favorecer la emancipación, tanto en la escasez de ayudas y dificultad para solicitarlas, como en la práctica inexistencia de un parque público de vivienda joven.

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