Consejos de Consumo para las compras de Halloween

Muchas familias empiezan a pensar en estas fechas en la celebración de sus particulares fiestas de Halloween. Quienes disfrutan de este día lo hacen con la idea de dar sustos, pero no sufrirlos y por eso, la Dirección general de Consumo hace algunas advertencias importantes de cara a los adornos, pero especialmente teniendo en cuenta a los más pequeños de la casa.

El primer consejo es ser prudentes antes de adquirir productos sin control. "Son fechas para pasarlo bien, pero con seguridad, por eso, desde la Dirección General de Consumo, se hace un llamamiento a la prudencia, y aconseja la comparación de precios en los disfraces antes de adquirirlos, teniendo en cuenta, sobre todo la calidad del producto y la edad del niño que va a utilizar el disfraz".

Como en otras etapas del año, se debe comprobar la política de devolución. "Recuerde que la devolución del producto depende del empresario. Debe de estar anunciada. Únicamente es obligatoria para los productos adquiridos fuera de establecimiento mercantil, o en caso de defecto originario que no se pueda reparar. La garantía es de tres años, a contar desde la adquisición del producto nuevo".

Piden que se compruebe que tiene el marcado CE, y la etiqueta en castellano y que se lea atentamente las instrucciones. Hay disfraces que llevan objetos punzantes, plumas, piezas pequeñas, etc. "Evítelas en la medida de lo posible, sobre todo en los más pequeños", indican.

Otras recomendaciones

No comprar si no es necesario es otro de los temas que se ponen sobre la mesa. "Si puede aproveche disfraces de otros años, hermanos o amigos. Incluso confecciónelos usted mismo, personalícelos, serán únicos y más divertidos".

otro posible foco de conflicto en Halloween son los elementos que tapan la cara de los niños. "Por último, tenga en cuenta que si se utilizan máscaras que lleven orificios suficientes para poner respirar sin problemas, sin olvidar las posibles alergias y por supuesto que el material no sea inflamable".

La idea es asustar, pero sin llevarse un susto o un disgusto.