Sánchez recupera el mando tras vencer en las primarias a Susana Díaz
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El PSOE afrontó un periodo de interinidad durante más de medio año, hasta que se convocaron las primarias a la Secretaría General para el 21 de mayo. Proceso que buscaba coser las heridas internas que había dejado el comité federal del uno de octubre, aunque aquello era inviable, dado que dos de los tres candidatos, Pedro Sánchez y Susana Díaz, fueron dos de los protagonistas de aquella contienda interna. Unas primarias que dejó algo claro: el aparato del partido estaba con la presidenta de la Junta de Andalucía, pero las bases estaban con Sánchez, que se impuso con el 50% de los votos de la militancia, frente al 40% que apoyó a Díaz y el 10% a Patxi López.
"Vamos a construir el nuevo PSOE, el de los afiliados. Ahora vamos a tener un PSOE unido y rumbo a La Moncloa", declaraba Sánchez tras una victoria cuyas consecuencias fueron inmediatas con la dimisión de Antonio Hernando como portavoz del PSOE en el Congreso.
En medio de la trinchera, Pedro Sánchez asumió ocho meses después de su dimisión el poder. Muchos de los críticos con el Secretario General en su primera etapa, suavizaron sus posturas, como el ex presidente Felipe González: "Quiero ser optimista y quiero, además, no interferir”, manifestó.
Línea en la que fue la gran derrotada, Susana Díaz, que confesó en su regreso a Sevilla entre risas y en petit comité que “los militantes le dieron una hostia.” Ya en público, instó a todos a “ayudar, aportar y dar lo mejor que tenemos del PSOE de Andalucía.”