Hoy, volveré mis ojos a la Luna...

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Ana Luisa Pombo

Publicado el - Actualizado

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Hoy, volveré mis ojos a la luna y dejaré que me asalten los recuerdos de aquel 20 de julio de 1969. Volverá a mi memoria, con toda nitidez aquella noche de hace 50 años, en la que el hombre pisó por primera vez la luna. 

Me veré, de nuevo, sentada frente al mimado televisor en blanco y negro, un televisor que, cuando no se utilizaba, se tapaba cuidadosamente con un tapete que alguien había bordado con primor para que no le entrara polvo a las bujías porque si cogían polvo, se recalentaban y el televisor se apagaba o se quemaba. 

Entonces, con ojos infantiles llenos de asombro, fui testigo del nerviosismo de mi familia, como se frotaban las manos y se acercaban a la pantalla pensando que asi se verían mejor los detalles; como se movían inquietos, casi sin respirar y silenciosos escuchando como Armstrong nos hablaba con voz mecánica, desde la luna. Hoy, ya conocemos el final feliz e histórico de aquella aventura que nos mantuvo en vilo hasta la madrugada pero a pesar de ello, volveré encantada y asombrada todavía, al recuerdo de mi infancia, cuando en la noche, cogida de la mano de mis padres para no tropezar, caminaba por las calles sin asfaltar de mi pueblo, mirando al cielo porque alguien me había dicho que si miraba fijamente a la luna, vería el módulo lunar y casi podría ver como Armstrong y Aldrin se paseaban por ella, rodeados de estrellas titilantes y de infinito. Escucharé de nuevo en mi recuerdo, el sonido de las radios en todas las casas en las que no había televisor, un sonido solo adulterado por el ladrido de algún perro y daré rienda suelta a la emoción por haber podido ser testigo de cómo el hombre conquistaba la luna, acariciaba, prácticamente, las estrellas y casi, casi, tocaba la mano de Dios.

Hoy, cincuenta años después, con el recuerdo tan vivo y la luna tan cerca pero tan lejos, volveré a ver las imágenes de aquella noche, como hago de vez en cuando, para convencerme de que nada es imposible, de lo lejos que puede llegar el hombre y las cosas increíbles que puede realizar con sólo  soñarlas. Yo sé que no tocaré la luna, pero estoy convencida de que sí cumpliré mi sueño, porque tengo un sueño....

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