Madrid - Publicado el - Actualizado
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Un grupo de investigadores de la Escuela de Ingenierías Agrarias de Palencia, que pertenece a la Universidad de Valladolid (UVA), ha diseñado unos nuevos fotobiorreactores para el cultivo de microalgas que mejoran la producción de estos microorganismos empleados para la retención de dióxido de carbono (CO2) en los suelos y como fertilizantes.
Fuentes de la Universidad han destacado que estos microorganismos con capacidad de fotosíntesis están repartidos en mares y terrenos acuosos, así como en suelos de todo el planeta, y que su uso en la lucha contra el cambio climático puede ser muy provechoso.
Por ello, a través de un programa Life+, se está estudiando la forma de aprovechar estas algas microscópicas en actividades agroindustriales, tanto para capturar dióxido de carbono como para servir de abono una vez descompuesto.
¿Qué es un fotobiorreactor?
En cuanto a los fotobiorreactores, fuentes de la Universidad han explicado que son piscinas de plástico -de tres metros cúbicos de capacidad- donde crecen las microalgas, y a las que se les controla la temperatura, el dióxido de carbono, el nivel de acidez del agua y la conductividad eléctrica producida.
Según la UVA, mediante estos nuevos espacios de cultivo el proceso de crecimiento se acelera y se incrementa la carga fertilizante en las microalgas. Además, el equipo científico ha testado diferentes digestatos que sirven como alimento para las microalgas y que proceden de residuos de la industria vinícola y lechera.
En concreto, han explicado que los digestatos se destinaron a substrato de las microalgas, que a su vez capturan el gas efecto invernadero. De esta forma, el proyecto aprovecha los subproductos de la producción de vino y leche, reduce el impacto ambiental y crea nuevos fertilizantes para uso agrícola.
“Queremos que los suelos mejorados con microalgas no sólo sean más eficientes, sino que además se mantengan en el tiempo, por ello, no sólo es importante que capturen CO2, sino que, una vez descompuestas las algas, sirvan de abono”, ha resumido el coordinador del proyecto y catedrático de Ingeniería Agrícola y Forestal, Luis Manuel Navas.