Henri Didon, el padre del lema de los Juegos Olímpicos
La historia de Henri Didon, un religioso dominico francés que acuñó el lema de los Juegos Olímpicos Citius, altius, fortius que después adoptó el barón de Cubertain
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Esta expresión que significa “más rápido, más alto, más fuerte” se la debemos al padre Henri Didon, un dominico francés recordado como gran pedagogo y pionero del movimiento deportivo internacional y a la que este año se ha unido la palabra “juntos”.
Para este religioso “citius” hacía referencia al espíritu y a los estudios; “altius” a la elevación del alma en el camino hacia Dios y “fortius” al dominio del cuerpo a través del deporte.
En 1891, cuando dirigía un colegio en la región de París, el padre Didon organizó diversas competiciones deportivas con los alumnos y eligió esas tres palabras como lema y bandera de la escuela. La organización de competiciones entre colegios le pusieron en contacto con el barón de Cubertain, pedagogo e historiador que pondría en marcha los Juegos Olímpicos.
Fue tres años después, en 1894, durante el primer Congreso Olímpico celebrado en la Sorbona de París, cuando se eligió como lema para los Juegos Olímpicos de la era moderna que se celebraron por primera vez en 1896 en Atenas.
El padre Henri Didon ya destacaba en el seminario por su espíritu deportivo, al que se unieron su talento como orador que le llevó a predicar en capitales europeas como Londres, Lieja y París. Escribió un libro sobre la vida de Jesús de unas 1.000 páginas cuyo éxito le permitió financiar algunas instalaciones de gimnasia y fue invitado por el gobierno francés a exponer sus investigaciones sobre el sistema educativo de Gran Bretaña.
Este dominico insistió especialmente en los valores del deporte. Pensaba que los ganadores del fútbol tienen muchas posibilidades de ser los ganadores del mañana en competiciones intelectuales. Las sociedades deportivas de Francia saludaron al padre Didon, que falleció en 1900, como un monje liberal que fue el primero en abrir las puertas de una casa religiosa a los deportes atléticos. Hoy le recordamos por su creación del lema de los Juegos Olímpicos.