Así ha surgido la propuesta del ayuno y oración especial de este 14 de mayo

La Iglesia propone un día dde ayuno y oración para pedir el cese de la crisis del COVID 19

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Redacción Religión

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Hoy La idea nació dentro del Alto Comité formado para dar continuidad al histórico Documento sobre la Fraternidad Humana firmado por el Papa Francisco y el gran iman Al-Tayyeb en Abu Dhabi. Se trataba de ver cómo podían los creyentes dar una respuesta común ante un peligro que afecta a todo el mundo como el COVID 19. Y la respuesta fue “rezando juntos como hermanos”.Uno de los miembros de dicho Comité, el sacerdote católico egipcio YoannisLahziGaid, que es, además, secretario del Papa Francisco, ha salido al paso de algunos comentarios que critican la iniciativa por el supuesto riesgo de caer en un sincretismo.

Mons. Lahzi explica que invitar a todos a rezar juntos, cada uno según su propia fe, no produce ninguna confusión sino que refuerza el valor de la oración y la hermandad. “Como sacerdote y cristiano que reza cada día la oración del «Padrenuestro», tan solo puedo ver en esta invitación la mano de Dios que une a todos los hombres. Esto no debilita mi fe en Cristo, único Salvador del mundo, sino que la fortalece”.

“Este virus nos ha puesto a todos de rodillas, pero estar de rodillas es la mejor posición para rezar. Hemos entendido nuestra fragilidad y la necesidad de unirnos como hermanos”. En realidad, la iniciativa se sitúa en el surco de aquel primer Encuentro Internacional de Oración por la Paz, convocado por San Juan Pablo II en Asís en 1986, donde los participantes rezaron cada uno según su propia fe. Mons.

Lahzi se ha referido también al diálogo entre cristianos y musulmanes, que conoce bien por la experiencia en su propio país, Egipto, y subraya la conveniencia de empezar el diálogo con lo que nos une, lo cual no significa olvidar la misión de proclamar la verdad del Evangelio. Este anuncio debe hacerse siempre con caridad, respeto y humildad. La determinación, subraya, nunca significa arrogancia. Al contrario, esta última distorsiona la belleza de nuestra fe.