En 'El Espejo'

Aurelio García Macías: "La Liturgia nos recuerda que debemos salir de nosotros mismos para mirar a Dios"

El nuevo subsecretario de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos explica la importancia de la Liturgia en la vida de la Iglesia

Redacción Religión

Publicado el - Actualizado

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El sacerdote vallisoletano Aurelio García Macías fue nombrado por el Papa Francisco nuevo subsecretario de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos hace una semana. Además, Francisco ha nombrado a este sacerdote de la archidiócesis de Valladolid obispo. Será ordenado el próximo 11 de julio en la catedral de Valladolid. Para hablar de lo que supone para él este nombramiento y en qué va a consistir su trabajo hemos hablado con él en 'El Espejo'.

Valladolid y Roma han sido dos etapas fundamentales de su vocación. "Para mí, ambas son dos lugares a los que quiero y a los que amo como sacerdote. Valladolid es la ciudad en la que he nacido y en la que he crecido en la fe. Allí hice mis estudios en el seminario, hasta que el arzobispo me envió a ampliar estudios de Liturgia a Roma. He nacido y crecido en Valladolid y he madurado y ampliado estudios en la universalidad de Roma", explica García Macías.

"Tras ampliar estudios, regresé a Valladolid, donde he tenido una vida pastoral en pequeñas parroquias de la ciudad, de los pueblos, fui director espiritual del Seminario, después fui párroco de dos parroquias del centro de la ciudad y terminé como rector del Seminario. He tenido un ministerio pastoral entre parroquias y Seminario. Y luego he vuelto a Roma para desarrollar un trabajo en el ámbito de la Liturgia universal. En Valladolid viví un poco más ad extra, un ministerio hacia fuera, y en Roma se trata de un ministerio más ad intra, más hacia dentro", señala el subsecretario de la Congregación para el Culto Divino y la Disciplina de los Sacramentos.

La Liturgia es algo que está en el corazón de la Iglesia, aunquue no es algo que cautivara a Aurelio García Macías cuando decidió ampliar estudios: "Yo no tenía una inclinación natural hacia la Liturgia. Al terminar los estudios en el seminario, fue el propio arzobispo el que, no sólo me insinuó, sino que casi me obligó a que estudiara Liturgia en Roma. Yo quería ampliar estudios y él rápidamente me dijo la Liturgia. Yo le dije que prefería Antropología Teológica, había hecho estudios de Filosofía pura en la Universidad de Salamanca y me gustaba el mundo de la reflexión, del diálogo entre la fe y la ciencia, este mundo fronterizo del pensamiento y la fe... y me dijo que no. Entonces le propuse Patrística, y me dijo que no. Él tenía muy claro que quería enviarme a Liturgia. Entonces, para mí, fue una gran humillación".

"Pero pronto, cuando entré con el corazón en los estudios de Liturgia, supuso para mí una gran síntesis teológica. En la Liturgia confluyen todas las materias de la Teología: la Mariología, la Cristología, la Biblia, la Pastoral... fue un gran descubrimiento para mí, porque yo tenía un gran prejuicio sobre la Liturgia y, sin embargo, me abrió el camino a una liturgia espiritual. La Liturgia es Teología, la Liturgia es vida... y esto fue una gran sorpresa para mí", explica el sacerdote vallisoletano.

"La fe no sólo se transmite a través de libros de santo Tomás de Aquino, ni por palabras. La fe también se transmite por ritos y por Liturgia. Y muchas cosas, antes de ser definidas en la Iglesia, ya se celebraban en la Liturgia", apunta García Macías.

"Todos estamos siempre en misión. La vida cristiana es una misión y se vive en el mundo como un culto existencial, decía san Pablo. Toda nuestra vida debería ser una liturgia, un culto, una alabanza, una ofrenda permanente, como decimos en la Liturgia. Lo primero que nos recuerda es la primacía de Dios. No somos nosotros. La Liturgia nos recuerda que debemos salir de nosotros mismos para mirar a Dios. Prolonga los gestos salvadores del Señor y sana nuestras heridas existenciales. Lo que la Liturgia recuerda a la vida cristiana es el diálogo, en el encuentro con Dios y con los hermanos", expresa el sacerdote vallisoletano.

"Esto es fundamental, porque si no, entedemos una Liturgia endógama, fabricada a mi imagen y semajanza, para mí mismo. No, la Liturgia es de la Iglesia, y nos la ha entregado la Iglesia para celebrarla y transmitirla. Sobre todo, es esto: te saca de ti mismo y te pone en contacto con Dios y con los demás. Siempre es Dios y la Iglesia, Dios y la comunidad. Es muy importante para esta misión que el Papa quiere para sanar los corazones heridos por la fiesta de la vida. La Liturgia es una gran medicina", subraya García Macías.

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