EN 'EL ESPEJO'

Cáritas, el "rostro de Cristo" para los refugiados Rohingyas en Bangladesh

El Cardenal Luis Antonio Tagle, presidente de Cáritas Internacional ha visitado a estos refugiados para conocer su situación y el trabajo de Cáritas 

El Cardenal Luis Antonio Tagle habla con los refugiados que atiende Cáritas Bangladesh

José Luis Restán

Publicado el - Actualizado

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El Cardenal Luis Antonio Taglearzobispo de Manila y presidente de Caritas Internacional, ha visitado los campos de los refugiados rohinyas en Bangladés y ha escuchado sus historias de sufrimiento. Una de las organizaciones más importantes que trabajan en estos campos es precisamente Caritas Bangladés, a cuyos voluntarios quiso recordar el cardenal que “Caritas es una misión, no una organización”“A través de vuestro trabajo sincero y altruista, los refugiados ven el rostro de Cristo”, les dijo.

En agosto de 2017, la explosión de violencia entre el ejército de Myanmar y un grupo guerrillero de etnia Rohingya provocó que 700.000 musulmanes de esta etnia cruzaran la frontera para refugiarse en Bangladés. Se preveía que el 15 de noviembre pasado comenzaría el retorno voluntario de estos refugiados, pero ninguno quiere volver mientras no se les garantice su seguridad y el derecho a la ciudadanía en Myanmar, la antigua Birmania.

Una de las personas que pudo conversar con el Cardenal Tagle, Zahid Hossian, acompañado de su esposa y sus cuatro hijos, le contó las penalidades sufridas que les llevaron a huir de Myanmar cuando estalló la violencia y le expresó su rechazo a la repatriación, porque piensa, como la mayoría de sus compañeros, que la persecución contra los Rohinyás sigue en pie en su país de origen.  

Al concluir su visita a los campamentos el cardenal, se ha hecho eco de la cruel persecución que han afrontado estas personas y ha subrayado que la crisis de los Rohinyás es una crisis de refugiados a nivel internacional. También ha querido agradecer la gran generosidad mostrada por el pueblo de Bangladés y el servicio de la Iglesia local con sus obispos a la cabeza y con el trabajo singular de Caritas, que se mantendrá mientras haya alguien necesitado y vulnerable.