La difícil situación del Líbano: El pueblo que guarda el cristianismo en Oriente Medio
El padre Raimon Abdon cuenta la situación del Líbano muy peculiar y plagada de crisis
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Este 17 de diciembre se ha presentado la campaña de Ayuda a la Iglesia Necesitada 'Resiste Líbano'. Un proyecto para un país muy importante para la estabilidad de medio oriente y para la presencia de los cristianos en esta zona. El padre Raimon Abdon es el provincial de los Carmelitas Descalzos en el Líbano y ha presentado la campaña junto al director de AIN Javier Menéndez Ros.
El padre explica en El Espejo que "el Líbano no es una realidad material que se puede medir con la medida material. Es un símbolo, es un valor, un mensaje que contiene valores importantes. Si esos valores fracasan, todo fracasa. Esos valores los posee la comunidad libanesa entera, pero también los cristianos".
La realidad libanesa es prácticamente única y es un signo de unidad y fraternidad entre las religiones: "En todos los países de Oriente Medio esta realidad no existe, porque son musulmanes o totalitarios. Países que tienen dogmas que les guían... mientras en el Líbano pueden vivir juntos cristianos y musulmanes y contribuir a la construcción de la sociedad. Esta aceptación del otro, que está en esta cultura gracias a la Iglesia, puede estar en peligro por las muchas crisis que vienen una después de otra. Esto pone a la comunidad cristiana en una situación de inmigración forzada".
La crisis política, económica y social se unen como en el resto del mundo a la crisis provocada por el coronavirus. Pero es que además el país se vio sobrecogida ante la explosión en Beirut: "Lo que está haciendo ahora la Iglesia es responder a la llamada de la gente pobre en esta situación. Está contestando a una emergencia enorme frente a dos crisis: la económica y la segunda la crisis provocada tras la explosión de Beirut. Esto ha creado una nueva ola de pobreza en el país. La iglesia trata de ponerse de pie, para tratar sus propios problemas y para ayudar a la gente desesperada. Está sirviendo con mucha fuerza y mucha insistencia, aunque la situación sea difícil".
"Los jóvenes buscan trabajo, posibilidad es y esperanza. Ante a la crisis de la explosión, te puedo asegurar que las calles estaban llenas de jóvenes para ayudar a la gente que les necesitaba. Son muy generosos, aman la vida y tienen mucha creatividad. Pero aquellos que tienen familia, niños y responsabilidades es un fracaso cuando se quedan. El trabajo humano conserva la dignidad de la persona. Necesitamos trabajar para vivir".