EN 'EL ESPEJO'

Fernando de Haro cuenta cómo sobreviven las comunidades cristianas en Pakistán

Conectamos con nuestro compañero que se encuentra en Pakistán trabajando en su próximo reportaje sobre la situación de los cristianos en ese país.

Amparo Latre

Publicado el - Actualizado

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En la línea de sus últimos reportajes sobre la vida de los cristianos en países en los que son una minoría o están perseguidos, el periodista Fernando de Haro viaja ahora a Pakistán para mostrar la realidad de las pequeñas comunidades cristianas allí. 

Desde la capital de la región de Punjab, Lahore, ha explicado que es en esta zona del país en la que vive la mayor parte de los tres millones de cristianos de Pakistán.

Gran parte de los testimonios que está escuchando le hablan de la Ley de la Blasfemia, que tiene atemorizada a parte de la población. Tocar algo que haya tocado un mosulmán o beber de la misma fuente puede ser motivo de una acusación que termina en años de cárcel.

En 'El Espejo' Fernando de Haro ha contado que "la mayoría de los cristianos son gente muy pobre que vive en el campo, bajo la amenaza de  esta ley. Lo sorpendente es que en medio de una situación tan extrema, no se conviertan. Al contrario, ellos están agradecidos a la fe y eso es algo que impresiona. Algunos de ellos han sido torturados o han estado en prisión y a pesar de todo siguen adelante".

"Vivir al margen es imposible -ha señalado-. Con los musulmanes tienen una relación de vecindad absoluta, el problema surge en la relación con grupos radicales o las madrazas es muy complicada porque hay un acoso permanente".

El periodista Fernando de Haro mostrará en su próximo reportaje cómo a pesar de que la comunidad cristiana vive permanentemente bajo amenazas, las iglesias estén llenas".

La de Pakistán es, por tanto, una Iglesia pequeña pero muy viva, "que se resiste a estar determinada por una mentalidad de autodefensa".

F. de Haro también se ha referido al testimonio de políticos y militares con los que ha podido hablar que trabajan para que el país no se convierta en un gueto y donde personas de distintas credos puedan vivir en paz.

En medio de este contexto tan complicado el periodista ha destacado el valor de la fe para la vida diaria: "Uno permanece fiel cuando la fe  es algo que sostiene que acompaña y que aporta otra mirada sobre las cosas".