En El Espejo

Fernando Mosteiro cuenta su experiencia en las residencias de ancianos durante la pandemia

El presidente de la Obra Social Odres Nuevos ha analizado algunas de las experencias a las que se han tenido que enfrentar durante la crisis del coronavirus

Redacción Religión

Publicado el - Actualizado

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Desgraciadamente, las residencias de ancianos han sido uno de los focos más letales de la pandemia de coronavirus que todavía afrontamos. En ‘El Espejo’ hemos abordado este tema también desde una perspectiva de futuro, subrayando el amplio compromiso eclesial que viene de lejos en este campo. Y lo hemos hecho con Fernando Mosteiro, presidente de la Obra Social Odres Nuevos.

“La Obra Social Odres Nuevos se encuentra dentro de la Asociación Lares, que es la asociación de residencias y servicios a mayores (centros de día, ayuda a domicilio, etc.), de centros de atención a la discapacidad y a la exclusión social del sector sin ánimo de lucro. En Madrid somos 42 residencias, pero en España somos más 1 000”, explica Mosteiro.

Odres Nuevos tiene un estilo propio: la atención centrada en la persona, haciendo de las residencias hogares y con el humanismo cristiano como base. “El tema de hacer las residencias hogares es algo muy importante para nosotros. Ahora que se habla de residencias medicalizadas, queremos reforzar la idea de que las residencias somos hogares, no hospitales. Nadie quiere vivir en un hospital. Queremos vivir en hogares acogedores, a nuestro estilo y a nuestra forma de ser”, señala el presidente de Odres Nuevos.

Fernando Mosteiro también ha recordado cuáles son las principales enseñanzas que han extraído de esta pandemia. “La principal enseñanza que hemos sacado es que debería haber una mayor coordinación entre centros sociales, como son las residencias, y sanidad pública. Gran parte del caos que hemos vivido en las residencias viene por esta falta de coordinación”.

“Las residencias no tienen que ser hospitales, tienen que ser hogares, pero sí tienen que estar bien coordinadas con los recursos sanitarios generales y universales a los que tiene derecho toda la población, incluso los mayores institucionalizados”, afirma el presidente de Odres Nuevos.

Pero Mosteiro tambien busca un lado positivo. “Hemos visto cómo los mayores, institucionalizados en este caso, han afrontado la crisis. Cómo han sido capaces de adaptarse a esta situación tan crítica y tan especial; sin visitas de familiares ni seres queridos durante varios meses; poniéndose al día rápidamente, incluso antes que nosotros, en las videoconferencias para tener ese contacto con los familiares; soportando el tener que estar recluidos en sus habitaciones, sin poder salir durante mucho tiempo a espacios comunes de la propia residencia; y, siempre, con una sonrisa, manifestándonos su cariño y agradeciéndonos el trabajo que día a día realizábamos con ellos”.

Sobre la propuesta de ‘nacionalización’ de las residencias, el presidente de Odres Nuevos lo tiene claro: “no creo que sea la solución. Es más, no creo que haya habido una diferencia excesiva entre cómo ha afectado el virus en una residencia pública y cómo lo ha hecho en una residencia privada. El virus no distingue la titularidad de la residencia. Lo que sí tiene sentido es que las residencias estén totalmente conectadas y en colaboración estrecha con los centros de salud, con los hospitales y geriatras de referencia de la zona, que seamos considerados servicios de primera necesidad a la hora del reparto de EPI, PCR… e incluso si hiciera falta un refuerzo de personal o de medicalización puntual. Eso sí sería necesario”.

Mosteiro reclama un cambio de mentalidad respecto a los mayores. “Somos una sociedad que estamos dejando a nuestros mayores olvidados. Cuántas noticias de mayores que fallecen y encontramos el cadáver semanas o meses después; cuántas noticias quitándole valor a las vidas de los mayores, como si el llegar a mayor y no producir ‘económicamente’ produjese un descarte, cuando el valor de una persona mayor es enorme: en vivencia, en educación, en valores, en experiencias… Tremendo”.

“Tenemos que tomar a los mayores como son: personas de pleno derecho en la sociedad, con el mismo valor y con los mismos derechos y con la misma capacidad de decisión que tú o yo”, señala el presidente de Odres Nuevos.

Fernando Mosteiro reconoce que ahora se nos presenta una etapa complicada. “La imagen tan sesgada que se ha dado de las residencias a lo largo de esta pandemia es un lastre que nos va a acompañar durante mucho tiempo. Las restricciones administrativas que se han impuesto a las residencias (sobre salir o recibir visitas, por ejemplo) y no a otros ámbitos, como las personas que viven en casa, es otro gran problema que hará que los mayores y las familias sean más reticentes a la hora de dar el paso de ir a una residencia”.

“Pero también nos ha traído cosas buenas: el trabajo en equipo, el trabajo desinteresado… hay gente que se ha ofrecido a doblar turnos sin ningún problema, quitándose libranzas, trabajando sin medios… Hablamos de trabajadores que se han quedado a vivir en la propia residencia para evitar la propagación del virus. Todo esto es lo más bonito de nuestra labor, concluye Fernando Mosteiro, presidente de la Obra Social Odres Nuevos.