En El Espejo

Gil Tamayo: "La fraternidad es el mejor antídoto contra la guerra y la violencia"

"Fraternidad que se consigue con el vínculo con Dios Padre que ha perdido esta sociedad, este mundo globalizado" denuncia el Secretario General y Portavoz de la Conferencia Episcopal Española. "Fraternidad que se consigue con el apoyo a las familias y que se pueden ver con un gran espaldarazo si el Papa Francisco viene a España en 2015, año teresiano".

Redacción digital

Madrid - Publicado el - Actualizado

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El secretario general y portavoz de la Conferencia Episcopal Española, José María Gil Tamayo, entiende que el mensaje del Papa Francisco para la Jornada Mundial de la Paz que se titula, 'No esclavos, sino hermanos', no es ninguna exageración porque "cuando estamos instalados en el mundo libre, en el mundo de la democracia, se nos antoja que la esclavitud es algo lejano, incluso de épocas pasadas. La esclavitud la identificamos con el apartheid, con la esclavitud de condenar a trabajos forzados a una parte de la población y de escluirla de derechos fundamentales porque no vamos más allá de quienes asoman a nuestras fronteras y no miramos su vida anterior, por qué tienen que huir de sus países, porque pese a estar en un mundo globalizado y que tenemos conocimiento de qué pasa en cualquier parte del mundo antes de lo que sucede en nuestro barrio, ese conocimiento selectivo, hace que no nos fijemos que detrás de esa ropa que nos ponemos que nos ha costado más barata hay historias de esclavitud, de trabajo mal remunerado, de falta de derechos laborales. O no nos fijamos que esas personas que llegan a nuestras ciudades pueden ser explotadas por mafias que se dedican a la esclavitud sexual o que hay productos que compramos por los que alguien se ha dejado la piel por un salario ínfimo y en condiciones infrahumanas para poder sobrevivir en un país del que no tiene papeles y para que no le expulsen".Continua José María Gil Tamayo que el Papa "nos hace una llamada a recuperar fraternidad y esto es quizás en un mundo de egoismo y de individualismos, que tantas veces denuncia el Papa, en el que nos estamos perdiendo. Lo vemos incluso en las familias numerosas, ves a una señora que tiene hijos y hay gente que le da el pésame. En la familia de hijo único se pierde la experiencia de la fraternidad. Y si no se vive con los que son de nuestra propia sangre, ¿cómo se va a vivir con quien es compañero de destino en una ciudad o en un barrio?".Llama la atención, pregunta José Luis Restán, como el Papa hace el recorrido histórico de estas nuevas formas de esclavitud señala que la separación de Dios se traduce en una cultura de esclavitud, quizá en este mundo postmoderno y profundamente secularizado ¿es más difícil experimentar la fraternidad, porque nos falta también este vínculo como Dios Padre? "La mejor imagen que se nos ha dado de Dios, habla de Dios como Padre y es la oración cristiana por antonomasia, incluso nos dirigimos a Él con el apelativo infantil de papaíto, es la oración del Padre Nuestro, es uno de los grandes rasgos revelados por Jesucristo que es quien nos muestra a Dios de manera plena, que Dios es el padre de las misericordias, hemos conocido el Amor de Dios y hemos creído en él. Ese es el primer credo cristiano tomado de la primera carta de San Juan como nos decía el Papa, Benedicto XVI. Cuando Dios desaparece del horizonte o de nuestra genética vital (aunque no nos separamos de Él porque si no dejaríamos de existir, porque en Él nos movemos, existimos y somos como recuerda la Escritura), pero nuestro mundo ha obviado a Dios y se ha quedado sin fundamentos y entonces todo se nos queda en el aire, se nos desordena el puzle de la vida y entonces estamos lanzados en un nihilismo, en un vacio. Creemos que esto son cosas de teóricos, de pensadores, de moralistas y no nos damos cuenta de que la vida cotidiana tiene detrás un laboratorio de ideas, de pensamientos, porque el ser humano es un ser que piensa y que ama sobretodo y cuando hay esas carencias en su estructuras la luminosis afecta a toda la convivencia humana".El Papa propone "globalizar la fraternidad", ¿cómo hacerlo a nivel micro, familias, nuestras comunidades, nuestros barrios? "Hay que recuperar una ecología humana, que empieza por una verdadero sentido de fraternidad porque haya hermanos en las familias. Porque quien convive a nuestro lado (como se referían antes en los pueblos, el hermano Juan, la hermana Petra) que haya ese sentido de fraternidad en esa sociedad nuestra tan individualista y tan encerrada en sí. Segundo que dejemos de considerar a los demás como competidores porque en el fondo la esclavitud es una cosificación del otro, y cuando se cosifica y se instrumentaliza a las personas ya no se le  ve su dignidad. El gran aporte del Cristianismo a la cohesión social es que  nos enseña a lubricar con un sentido de fraternidad a la convivencia humana con su Doctrina Social y esto nos hace falta más que el comer. Quien está a nuestro lado no es un invasor a temer contra el que levantamos castillos sino un hermano con el que compartir y con quien enriquecernos mutuamente en una convivencia en paz y libertad. La fraternidad es el mejor antídoto contra la guerra y la violencia". Deseos y desafíos para la Iglesia en el 2015 "Hay un elemento que el Papa ha puesto como hoja de ruta a toda la Iglesia y que es la evangelización, el llevar la alegría del evangelio a pie de calle siendo evangelizadores con espíritu, con una profunda experiencia de Dios porque Dios es la respuesta a los grandes interrogantes de la vida humana. Segundo vivir esto en fraternidad, transformando esta sociedad que nos ha tocado sin añoranzas estériles, sin sueños infundados, sino pisando calle, pisando realismo y transformando esta sociedad con el espíritu del Evangelio y solo así haremos un país grande en la medida en la que seamos cristianos coherentes y ejercitando esta condición no solo en el ámbito privado, en el ámbito externo de una procesión o de una manifestación de fe, sino también una manifestación de principios a la hora de educar a nuestros hijos, del trabajo y la justicia social, a la hora de arrimar el hombro por la convivencia de los derechos y de las libertades personales y colectivas, sin dejarnos llevar por ilusionismos sino contribuyendo realmente a la paz, y que seamos verdaderamente sal de la tierra y luz del mundo, que seamos cristianos de cuerpo entero y eso conlleva una atención especial a las familias cristianas porque es el gran colchón frente a las crisis, como estamos viendo, porque es donde se mama la Fe y se transmite".Por último el Secretario General y Portavoz de la Conferencia Episcopal Española ha mostrado su deseo de que el Papa Francisco, visite España este 2015, "si esto lo coronamos en este año teresiano que será pleno con la visita del Papa a España será el empujón de fortalecimiento en la Fe que necesitamos para ir por esos caminos y demostrar la alegría del Evangelio".Gil Tamayo: "La fraternidad es el mejor antídoto contra la guerra y la violencia"