La historia del obispo colombiano amenazado por denunciar la violencia y la corrupción

Rubén Jaramillo se mueve con escolta en su diócesis colombiana

La historia del obispo colombiano amenazado por denunciar la violencia y la corrupción

Redacción digital

Madrid - Publicado el

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En las últimas semanas Rubén Jaramillo se mueve con una escolta policial, pero afirma que no está asustado y que no piensa callar. “Aquí no se puede ser un obispo perfumado, es necesario acercarse y tener el olor del pueblo que sufre”, ha dicho el pastor de la diócesis de Buenaventura, que ha sufrido diversas amenazas contra su vida por denunciar la difícil situación de orden público que afecta al principal puerto del Pacífico colombiano. Buenaventura es una zona del suroeste de Colombia que fue duramente afectada por el conflicto armado y en los últimos años, la lucha entre grupos ilegales y paramilitares por hacerse con el control de este núcleo comercial (y de salida de droga) ha aumentado, y con ella las matanzas y los asesinatos de líderes sociales.

Monseñor Jaramillo sufre amenazas debido a la incomodidad que provocan en algunos poderes de la región sus declaraciones en torno a la situación de violencia e inseguridad, pero él insiste en que no tiene miedo. Agradece la solidaridad de sus fieles y la protección que le han asegurado las autoridades y sigue trabajando con la comunidad, acompañando los procesos sociales y manifestando una realidad que no se puede callar, porque la Iglesia tiene que ser la voz de los que no tienen voz.

El obispo de Buenaventura ha estado al lado de la población acompañando las movilizaciones en las que la gente reclama al Gobierno central que tome medidas para frenar la violencia y que cumpla los compromisos en seguridad, educación, empleo, sanidad, entre otros asuntos pactados desde 2017. El pasado 10 de febrero miles de personas vestidas con camisetas blancas se unieron en una cadena humana para clamar por la paz en esta parte del país azotada por la violencia, bajo el lema "SOS Buenaventura"

Para mostrar su solidaridad con Monseñor Jaramillo los obispos del Pacífico colombiano se han reunido en Buenaventura y ha realizado una declaración en la que describen las realidades de incertidumbre, pobreza, muerte y desesperanza, que generan el narcotráfico, el incremento de grupos armados, la corrupción y la extorsión, fenómenos que están provocando la pérdida de fe y de valores en la sociedad.