En 'El Espejo'
Luis Ángel Plaza, IEME: “En las diócesis a las que van, nuestros sacerdotes asumen las tareas más urgentes”
El Dtor. general del la institución ha repasado algunas de las particularidades de esta institución en vísperas de la celebración de su primer centenario
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Si 2019 está siendo el año de las misiones, aquí, en España, 2020 también va a ser un año de importante acervo misionero. En este próximo año, que empezamos en apenas 15 días, se van a cumplir 100 años de la fundación del Instituto Español de Misiones Extranjeras (el IEME). Una fundación realizada por petición del Papa Benedicto XV -el gran impulsor de las misiones, que publicó la Carta apostólica Maximum Illud, motivo del Mes Misionero Extraordinario que hemos celebrado en octubre-.
Luis Ángel Plaza, el director general del IEME, ha recordado que la institución nació en un momento en el que era necesario “relanzar la misión convocando a sacerdotes diocesanos. Es un acontecimiento que también sucedió en otros países”. La carta de Benedicto XV propone avanzar en el campo de las misiones con una mayor implicación de las diócesis. “Supuso una gran novedad porque, hasta ese momento, no se sentía esta urgencia en las diócesis”, afirma el director del IEME.
A pesar de la vinculación que el IEME tiene con Castilla y, en especial, con la archidiócesis de Burgos, durante estos 100 años, por esta institución misionera han pasado cerca de 500 sacerdotes de casi todas las diócesis de nuestro país.
El procedimiento para formar parte del Instituto Español de Misiones Extranjeras no es fácil. Primero, “la persona hace un discernimiento en encuentros y convivencias”, explica el padre Plaza, de la Archidiócesis de Burgos. Después, vive un año de preparación, con la autorización de su obispo diocesano, y después se decide su destino en función de la urgencia. “Ahora mismo, la principal urgencia es Asia, seguido de África y de América Latina”, señala el director del IEME, que también afirma que se trata de una decisión muy diálogada.
Una de las curiosidades del IEME es que los sacerdotes siguen estando incardinados en las diócesis de origen. “Viven como si fuesen sacerdotes diocesanos en las diócesis de destino, pero siguen manteniendo el vínculo con las diócesis de las que provienen”, asegura el P. Plaza. De esa forma, se construye entre ambas diócesis una relación muy especial, una especie de hermanamiento.
Pero el trabajo que realizan los sacerdotes del IEME en las diócesis de destino dista mucho de ser el más fácil. “En las diócesis a las que van, los sacerdotes del IEME asumen las tareas más urgentes, o aquellas que otros no pueden o quieren asumir”, señala el director de la institución.
Por último, el P. Plaza ha concluido recordando que, con motivo de este primer centenario, en 2020 habrá varios momentos festivos, celebrativos, pero también de oración y de acción de gracias.