En 'El Espejo'
Mario Iceta, obispo de Bilbao: “La eutanasia no pertenece a la medicina, es una cuestión ideológica”
Recuerda, el también Presidente de la Subcomisión Episcopal de Familia y Vida de la CEE, que frente a la eutanasia y esa cultura de la muerte, están la medicina y los cuidado paliativos.
Madrid - Publicado el - Actualizado
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En la nota emitida por la Subcomisión ante las iniciativas legislativas sobre la eutanasia y el suicidio asistido se recuerda que “nadie es dueño absoluto de la vida. No existe un derecho a disponer arbitrariamente de la propia vida”. La mayoría de las argumentaciones a favor de la eutanasia, al margen de tener que ver con una malentendida compasión tienen que ver con esa libertad absoluta de autodeterminación de la persona, ¿qué nos puede decir? “Pienso que como en todo sistema de pensamiento, o partimos de la realidad o partimos de la ideología y partir de la realidad es darse cuenta de que, uno no es que tenga vida, sino que uno es un ser vivo y por tanto no se puede auto negar. Y ciertamente en las cuestiones que nos ocupan sobre el final de la vida, aquí se pueden plantear las cosas desde ese punto de vista ideologizado, yo dispongo de mi vida y termino con ella cuando quiero o desde la propia realidad donde uno viera una existencia que él ni ha pedido ni la ha elegido, se encuentra en un mundo de relaciones que entrelazan su propia vida y tiene que haber en juego su libertad ante los momentos que llegan y esa es la realidad y la realidad para el momento final de la vida. No es que yo posea una vida que puedo dar o disponer o quitar según una supuesta libertad absoluta que luego en la realidad no es así, se confronta con lo que es la propia realidad” explica Mons. Iceta, presidente de la Subcomisión Episcopal de Familia y Vida y obispo de Bilbao.
Ante la aprobación de la despenalización del aborto en Irlanda, ¿estamos, en Europa, ante una especie de pendiente resbaladiza en la que las evidencias que han formado parte de nuestra tradición común y más allá de la fe de cada uno, se están perdiendo? “Hace tiempo que hablamos de esa cultura de la vida y de la cultura de la muerte, es la gran paradoja de nuestro Occidente, que estamos en un estado de bienestar y que tenemos recursos más que suficientes para que todas las personas que vienen a este mundo o que viven ya en él puedan llevar adelante una vida digna, cuidada, acompañada, pues curiosamente eso se vuelve contra nosotros mismos. Empiezan a surgir estos elementos de cultura de la muerte donde ya el ser humano no es siempre bienvenido y siempre acogido, se le ponen una serie de condiciones tanto al comienzo como al final de la vida, no deja de ser una paradoja curiosa de ver sobre que principios y sobre que fundamentos estamos construyendo nuestra sociedad y nuestra cultura o estamos precisamente dinamitando pilares fundamentales que han construido nuestra cultura y nuestro modo de ser propio de una sociedad occidental que tiene sus raíces en el Cristianismo”.
En la nota de la Subcomisión se retoma una afirmación del Papa Benedicto XVI, de la encíclica 'Spe Salvi' donde se habla de que es necesario hacer todo lo posible por aliviar el sufrimiento aunque extirparlo no está en nuestras manos. Todavía hay quien anda diciendo por ahí que en el fondo a la Iglesia no le parece mal el sufrimiento y no pone demasiada carne en el asador a la hora de aliviarlo o combatirlo, ¿qué responde a ese prejuicio? “Que hemos sido creados para ser felices y vivir una en plenitud, y lo que hace la Iglesia es ayudar a las personas a encaminarse hacia esa plenitud de vida que es una plenitud de amor y de conocimiento de lo que es el amor de Dios y de los que nos rodean, pero inevitablemente la vida que tiene elementos fabulosos pero también conlleva un porcentaje de sufrimiento. ¿Quién no sufre en la vida? Precisamente alguien dio sentido a esa vida, que es Jesucristo el Señor, y dio sentido a ese sufrimiento, que es Jesucristo el Señor y lo que hace la Iglesia hace es acompañar a estas personas. En el caso que nos ocupa de la eutanasia, podíamos decir a modo simplificado es que lo que la Iglesia hace es acompañar a las personas y evitarles y ayudarles a superar el sufrimiento. Lo que hace la eutanasia es suprimir a las personas que sufren que es justamente lo contrario” afirma Mons. Mario Iceta, obispo de Bilbao y Presidente de la Subcomisión Episcopal de Familia y Vida de la CEE que explica como “cuando uno habla con profesionales que se dedican al final de la vida, tengo cerca una Unidad de Paliativos con un grandísimo amigo que la dirige, me dice que son pocos los enfermos que le piden la eutanasia. Que cuando les explica, usted quiere dejar de vivir o si yo le alivio el sufrimiento, el dolor y mejoramos su calidad de vida y le ayudamos a usted y a su familia a llevar esta situación ¿usted quisiera morirse? Entonces,dicen, no. Ese es el camino. También en los momentos de sufrimiento, en los momentos en los que la vida va llegando a su fin, hay modo de acompañar dignamente a esas personas, hay muchísimo que hacer con esas personas y no por ese camino corto que es terminar con su vida y hemos acabado. El otro camino, además el que reclaman los enfermos es el de la realidad no el de la ideología y es el camino que demandan los profesionales de la salud que se han pronunciado diciendo que ante el sufrimiento y la dificultad en la vida, la medicina da respuestas para ayudar a ese paciente”.
Señala la nota la contradicción, la paradoja de que se quiera ir al atajo de una ley de eutanasia sin haber, ni siquiera, contemplado un gran pacto nacional para promover los cuidados paliativos que no se quede nadie fuera de esos cuidados paliativos, ¿a qué puede obedecer? “Vuelvo a decir que es una cuestión ideológica. La eutanasia no pertenece a la medicina, no es algo que pertenezca al ámbito de las personas sanitarias. Lo propio de los profesionales sanitarios es curar cuando se puede, aliviar siempre que se puede, y desde luego acompañar y consolar al enfermo, nunca dejarle solo. La eutanasia se sitúa fuera de la medicina, no es propio de la medicina. La Sociedad española de Cuidados Paliativos dijo en el año 2014 que el acceso a los cuidados paliativos no llegaba al 60% en España, la OMS a nivel del mundo, dijo que no llegaba al 14%. Los profesionales sanitarios llevan muchos, muchos años demandando una especialidad para la medicina paliativa y es algo que está pendiente por eso decimos que es paradójico que se vaya a este atajo ideológico de la eutanasia que no pertenece a la medicina cuando el camino que la propia medicina y los propios profesionales demandan que son los paliativos estén orillados y sin ser abordados de modo adecuado en la cartera nacional de servicios básicos, es una paradoja” lamenta el Mons. Iceta.
Necesitamos una indicación para que, como cristianos tendremos que asumir de cara a este desafío, “diría las palabras de San Pablo, 'vence el mal a fuerza del bien', decir que existe un camino útil, eficaz de acompañar a los enfermos y a sus familias, que cuando uno llegue a un trance de su vida en el que aparezca el sufrimiento y el dolor, el ocaso de la vida existe un camino luminoso y esperanzador para recorrer y los cristianos tenemos que dar razón de esperanza, no son caminos idealizados existen caminos concretos y que hoy en día tantos profesionales de la salud y tantas instituciones sanitarias están siguiendo esos caminos con una atención adecuada del enfermo y sus familias”concluye Mons. Iceta.