La parroquia de la diócesis de Almería que conserva viva la memoria de su párroco del siglo XIX

Ahora la diócesis y su parroquia celebra con júbilo su camino hacia la santidad

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Redacción digital

Madrid - Publicado el

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El próximo domingo 27 de junio a las 20 horas, el Obispo coadjutor de Almería, Antonio Gómez Cantero presidirá una Eucaristía en la Parroquia de Huércal-Overa para dar gracias a Dios por el reciente Decreto en el que la Iglesia declara “Venerable” al sacerdote Salvador Valera Parra, el popular “Cura Valera”, que ha sido recibido como un auténtico regalo para toda la diócesis. Este Decreto reconoce su vivencia heroica de las virtudes, y ahora se encuentra en estudio un presunto milagro realizado por su intercesión en la ciudad estadounidense de Providence, requisito necesario para su futura Beatificación.

Salvador Valera nació en Huércal-Overa en 1816 en el seno de una familia pobre, en un tiempo de continuas epidemias, hambrunas y persecuciones por la fe. Estudió en el Seminario de San Fulgencio de Murcia, diócesis a la que entonces pertenecía su parroquia. Fue ordenado sacerdote a los 24 años en 1838, y ya destacaba por un celo ardiente, una humildad profunda y una caridad sin límites.

Ejerció su ministerio en las parroquias de Alhama de Murcia y Cartagena hasta que en 1868 regresó como párroco a su pueblo natal. Siempre estaba dispuesto a repartir su comida y vestidos, pasaba las noches en vela cuidando enfermos y moribundos, ofreciendo a todos el auxilio espiritual. Atendió con heroísmo a los enfermos del cólera en las epidemias de entonces y ante el peligro de terremotos nunca quiso abandonar a su pueblo si no lo hacían también los presos a los que socorría. En atención a su entrega recibió varios premios y condecoraciones civiles.

El 15 de marzo de 1889, tras una vida sacerdotal entregada y acompañada de signos extraordinarios murió con fama de santidad, que se ha mantenido en el tiempo. No se conocen escritos con su firma ni grandes hazañas, tampoco fue fundador de ninguna Congregación religiosa, sencillamente brilla en él la vivencia profunda de su ser sacerdotal, fundamentada en la Eucaristía y la oración, en la entrega a sus feligreses, en la caridad continua hacia ellos, por lo que se le ha llegado a definir como “el Cura de Ars español”.