Así combate las raíces profundas del racismo una importante diócesis de los Estados Unidos
La idea partió de Marie Kenyon, directora de la comisión diocesana de Justicia y Paz
Madrid - Publicado el - Actualizado
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La primera sesión de escucha sobre racismo organizada por la Iglesia Católica en Estados Unidos tuvo lugar en la diócesis de Saint Louis en 2018 ycomo cuneta la revista Alfa y Omega, marcó un antes y un después. En esa sesión se recogieron 44 folios de testimonios dolorosos: “los anglos no nos hablaban”, “decían que mis hijos no debían estar en un colegio de mayoría blanca”, “a mi padre, de piel más clara, le invitaban a pasar a los primeros bancos, mientras mi madre y mis hermanos se sentaban atrás”.
La idea partió de Marie Kenyon, directora de la comisión diocesana de Justicia y Paz, y contó con el apoyo decidido de su obispo, monseñor Robert Carlson, que escuchó uno por uno y cara a cara esos testimonios. La iniciativa partió del “caso Ferguson”, los incidentes que tuvieron lugar en esa localidad de Missouri en agosto de 2014: el joven negro Michael Brown, de 18 años, murió tras recibir seis disparos de un policía, a pesar de que no iba armado ni tenía antecedentes.
En la sesión de escucha participaron 500 personas, entre ellas seis obispos. 25 afroamericanos ofrecieron sus testimonios de viva voz, pero muchos asistentes también los compartieron por escrito. Muchos se centraban en la falta de apertura de las comunidades mayoritariamente blancas. A veces el predominio de la cultura anglosajona llevaba a ignorar y querer eliminar otras formas de vivir la liturgia, especialmente en la música. También en los colegios católicos, mayoritariamente blancos, se daban apuntes de racismo.
Otro aspecto es el de la segregación. La población blanca tiende a asentarse en las afueras mientras en el centro de la ciudad se constituyen guetos negros de pobreza, lo que afectó también a la organización de la propia diócesis, que no siempre dio las respuestas adecuadas.
Poco después, monseñor Carlson presidió una Misa pidiendo por la sanación del pecado de racismo. Desde entonces las sesiones de escucha se repiten de forma periódica por todo el territorio de la diócesis. También los colegios católicos están desarrollando políticas y formación para combatir estas actitudes, y se ha puesto en marcha un programa de Armonía Racial en las parroquias.