Así ha comenzado el Año Jubilar concedido por el Papa por el octavo centenario de la catedral de Burgos

El pasado sábado se abría la puerta santa de la catedral de Santa María de Burgos, dando así inicio al año jubilar concedido por el Papa Francisco con motivo de los 800 años de la colocación de la primera piedra de esta catedral, que se comenzó a construir por el empeño del rey Fernando III el Santo y del obispo Mauricio. La bellísima catedral de Burgos es uno de los mayores exponentes del arte gótico en España, con claras influencias de la Europa de la época, cuyas corrientes llegaban a la ciudad a través del Camino de Santiago.

A las 11 de la mañana, con el repicar de las campanas del templo como fondo, se desarrolló la procesión desde el interior de la catedral hasta la plaza de Santa María, donde el arzobispo Fidel Herráez abrió la Puerta del Perdón. A continuación se inició una Eucaristía en la que los fieles ya podían obtener la indulgencia plenaria, siempre que cumpliesen con los requisitos establecidos por la Iglesia.

En su homilía el arzobispo pidió que el año jubilar ayude a pasar de la memoria del pasado a un compromiso evangelizador y al compromiso de ser buenos hijos de Dios, buenos hermanos entre nosotros y buenos ciudadanos, todo lo unidos que sea posible. Y subrayó que, para conseguirlo, el Señor quiere ayudarnos, pero también es necesaria nuestra respuesta libre. También hizo alusión a la desgarradora pandemia que azota al mundo, mientras recordaba que a lo largo de la historia del templo catedralicio se han vivido otros momentos muy duros, como la epidemia de peste que asoló la ciudad. Este jubileo puede ser una oportunidad muy propicia para que nos encontremos más con Dios, con nosotros mismos, con los demás y con la sociedad.

La colecta recogida se destinará a las obras de los misioneros burgaleses repartidos por el mundo. Don Fidel concluyó agradeciendo a la comunidad diocesana y a la sociedad burgalesa haber compartido con él esta etapa en la que ha sido su pastor, y se refirió a quien pronto será su sucesor, Don Mario Iceta, como un regalo maravilloso para la Iglesia que peregrina en Burgos.