El coronavirus no es el único mal que azota Burkina Faso
El norte y este de Burkina Faso se ven afectadas no solo por la COVID 19, sino también por el terrorismo yihadista
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Para las regiones del norte y este de Burkina Faso el coronavirus es “una desgracia dentro de la desgracia”. Son regiones duramente afectadas por el terrorismo, con casi un millón de desplazados, de las que apenas encontramos una noticia en los grandes medios. En los departamentos de Bourzanga y Djibo los ataques son diarios, franjas enteras se encuentran aisladas, no por un confinamiento debido a la pandemia sino por la total inseguridad que sufren. La Fundación Ayuda a la Iglesia Necesitada denuncia que en esa zona no hay transporte ni suministros, hay escasez de agua, combustible y alimentos, y cortes de electricidad.
Un sacerdote de la diócesis de Kaya, que tuvo que huir debido a las amenazas contra su parroquia,cuenta que de las 75 aldeas de su parroquia, sólo diez están todavía habitadas. Este sacerdote advierte que el terrorismo se cobra más víctimas que el COVID-19, pero nadie le está prestando atención. Desde 2019, más de 1.000 personas han sido asesinadas por los terroristas. Trece sacerdotes, siete congregaciones religiosas y 193 coordinadores de la pastoral han tenido que buscar protección en parroquias más seguras yal menos ocho parroquias están cerradas.
Ante esta emergencia, Ayuda a la Iglesia Necesitada acaba de aprobar un proyecto de 30.000 euros para promover la reintegración de 18 catequistas titulares de la parroquia de Sebba, acompañados de sus familias. Ellos actúan como coordinadores pastorales allí donde no hay sacerdotes, orientan y guían a sus comunidades, y se encuentran en primera línea frente al peligro terrorista.
La ayuda tendrá en cuenta que las familias puedan sostenerse por sí mismas a través de la cría de ganado. Se han aprobado recientemente otros siete proyectos en todo Burkina Faso con 100.000 euros. Entre ellos destaca la formación de 83 futuros sacerdotes en las diócesis de Dori, Kaya, Fada N’Gourma y Tenkodogo, duramente afectadas por el terrorismo.