'La Cortina de Bambú': La vida de un misionero con las comunidades cristianas en China
El padre Daniel Cerezo publica un libro en el que recoge su experiencia en China
Madrid - Publicado el - Actualizado
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China es uno de los grandes países del momento y tiene un futuro muy interesante por delante en los planos de la economía, de la seguridad e incluso en la evangelización. El misionero comboniano Daniel Cerezo, ha pasado buena parte de su vida en China. Fruto de esta experiencia, ha nacido su libro 'La Cortina de Bambú' que publica la Editorial Mundo Negro.
Los misioneros combonianos tienen mucha presencia en África, y de hecho Cerezo ha desarrollado su labro también en este lugar. Por eso el misionero explica cómo recibe la noticia de su nuevo destino en el gigante asiático: "Fue una sorpresa y lo que he percibido es que si algo tiene Dios es que es sorprendente y no se adapta a la lógica humana. Fue una intervención de los combonianos para abrirnos a todo el mundo en los años 80. Que comenzáramos nuestra presencia en Asia. Un instituto misionero no puede ignorar esa gran masa de gente. Para un comboniano creo que este es un lugar muy apropiado".
El cristianismo en China -haciendo referencia al título del libro- es como "una cortina porque casi nadie sabe lo que hay detrás y el bambú, aunque se agite permanece. Yo cuando estaba desesperado del estudio del chino cantonés estaba desalentado. Y leyendo un libro sobre las comunidades cristianas en China me dio mucha fuerza. ¿Cómo me puedo quejar yo? Así que he podido compartir con esas comunidades y ha sido una gozada. Es una Iglesia pobre, indígena y mártir".
La situación de la libertad religiosa en el país es difícil y Daniel Cerezo explica que "está sucediendo ahora. Tenemos a obispos bajo arresto domiciliario. Tenemos un obispo que lleva desde el 98 en la cárcel y nadie sabe si está vivo. La idea es controlar la religión y que todo se adapte al partido comunista chino. Estamos asistiendo a una nueva revolución cultural donde no hay tolerancia".
Aún así, la Iglesia sobrevive en China: "Lo que toca el corazón de los chinos es esto. EL sentido comunitario de la Iglesia, el perdón y la compasión. Todas las diócesis hemos respaldado iniciativas con la compasión. Las religiosas hacen un trabajo impresionante con los leprosos, en los orfanatos, con los ancianos... Esa misión a través del encuentro eso es lo que cautiva a los no cristianos para acercarse a la Iglesia".