Las preocupaciones e iniciativas de un misionero en el corazón de la Europa secularizada

Gianluca Carlin es misionero de la Fraternidad de San Carlos Borromeo y desde 1995 trabaja en Alemania como párroco y capellán de dos escuelas en la ciudad alemana de Brühl, en Renania del norte. Un aspecto importante de su tarea tiene que ver con el ecumenismo, en una zona en que los católicos son minoría, dieciséis mil sobre sesenta mil habitantes.

Durante estos años ha conocido a trece pastores evangélicos que reflejaban las tendencias más dispares. Algunos encuentros se han revelado como un gran don. Por ejemplo, después de un funeral recibió una carta del presidente de la Alianza evangélica que le agradecía que confesase la fe en Jesús, hijo de Dios, resucitado después de la muerte en cruz, y le aseguraba que le consideraba su hermano en la fe.

Desde hace seis años los misioneros de San Carlos Borromeo, junto a la comunidad de Comunión y Liberación,organizan el Meeting del Rhin,en Colonia,con el deseo de construir un lugar donde los adultos de la comunidad puedan mirar y entender desde la fe todo lo que sucede en la sociedad y todo lo que constituye su vida. Ahora la diócesis de Colonia está en un momento de grandes reformas debido a la crisis de vocaciones. El cardenal Woelki ha querido plantear dos preguntas: ¿dónde se puede encontrar la fe hoy, ydónde encontrar una comunidad en la que esa fe pueda después crecer y madurar?

Según el cardenal la parroquia hoy ya no es suficienteen un país como Alemania. Es necesario reconocer la presencia de comunidades en las que la fe se vive y se comparte. Puedes ser en torno a una iglesia, en un grupo de oración del barrio, en un colegio o en un hospital, en una obra de caridad, en un movimiento u orden religiosa. Giancarlo se muestra agradecido de que su obispo involucre a los misioneros de San Carlos Borromeoen su preocupación misionera dentro de la diócesis, permitiéndoles evangelizar según sui propio carisma.