El mensaje desesperado de un sacerdote desde Myanmar
Myanmar vive una crisis que no deja de empeorar
Madrid - Publicado el - Actualizado
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La situación en Myanmar empeora cada día. Los militares asaltan iglesias católicas y hospitales dirigidos por religiosos, con la consiguiente preocupación por los pacientes que necesitan cuidados y tratamiento. La situación es crítica en el estado de Karen, donde tras los ataques aéreos y terrestres, 20 mil personas han abandonado sus hogares.
La agencia SIR, de la Conferencia Episcopal Italiana, se ha hecho eco de un llamamiento desesperado lanzado por un sacerdote desde Myanmar, que seguridad se identifica como Francis S. N.: “la situación empeora cada día… muchos activistas, políticos, actores y actrices, escritores, cantantes e incluso algunos monjes han sido encarcelados, mueren personas todos los días. En la ciudad de Bago 46 civiles fueron asesinados a tiros, y lo mismo está pasando en otras ciudades… Sobreviviremos, pero seguid orando por nosotros y alzando la voz en nuestro nombre”.
Desde el golpe militar del 1 de febrero, el número de civiles muertos en Myanmar ya asciende a 614, y se estima que son 2.857 las personas detenidas. Se ha cortado internet e incluso se confiscan las antenas parabólicas. También las iglesias católicas de Myanmar son blanco de ataques. Según denuncia este sacerdote las iglesias de la diócesis de Pathein” han sido ocupadas: “actúan como bandidos, no sé cuándo vendrán a por nosotros, pero no tenemos miedo.
Sólo nos preocupamos por nuestros centros de salud, porque hay muchos pacientes que necesitan cuidados y tratamientos”. Los militares entran en clínicas y hospitales privados, arrestan a médicos y enfermeras, se llevan todos los medicamentos y equipos y destruyen el resto que no quieren.
Los centros de salud dirigidos y apoyados por religiosos juegan un papel fundamental en el país, ya que tras el golpe militar el sistema de salud está colapsando. “Nuestros centros de salud funcionan ahora como hospitales generales, dice este sacerdote, pero no será fácil aguantar mucho”. La situación económica también está empeorando, y aunque los servicios se prestan de forma gratuita, no se sabe hasta cuándo podrán seguir haciéndolo en estas condiciones.