En 'El Espejo'

La misionera Victoria Braquehais nos cuenta cómo se vive la Navidad en Camerún

La religiosa de la Congregación de la Pureza de María ha explicado algunos de los proyectos que la Iglesia tiene en el sur del país

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La misionera Victoria Braquehais nos cuenta cómo se vive la Navidad en Camerún

Natxo de Gamón

Publicado el - Actualizado

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La misionera española Victoria Braquehais, rpm lleva 10 años trabajando en África, entre la República Democrática del Congo y Camerún. Precisamente, en este último país es en el que va a pasar la Navidad. En concreto, en la misión que la Congregación de la Pureza de María tiene en Ngovayang, en el centro de Camerún.

La hermana Victoria se estableció definitivamente en Camerún el pasado 29 de octubre. “Esto es otro mundo. Lo conocía de otras estancias más cortitas, pero esto es otro mundo. Es un pequeño pobladito que se llama Ngovayang, en el corazón de la selva”.

Pero a pesar del pequeño tamaño del lugar, las hermanas de la Pureza de María y otras congregaciones religiosas llevan a cabo diversos proyectos con los habitantes del lugar. “Tenemos una escuela infantil-primaria para niños pigmeos y bantúes. La verdad es que es otro mundo: el entorno, el clima, la manera de pensar...”.

Esta escuela, que tiene por nombre Saint François Xavier de Ngovayang, se ha construido este año gracias a Da Valor -a través de la ONG África Directo- Manos Unidas y la Fundación Mainel con la que colaboran los Ayuntamientos de Alicante y Albacete. Tiene 182 alumnos, tanto pigmeos como bantúes, (principalmente Ngumba y Fang). Es una escuela que apenas cuenta con libros ni material escolar, y ahora mismo, la hermana Victoria y el resto de religiosas buscan becas que puedan permitir a estos pequeños seguir estudiando.

Vista general de la Escuela Saint François Xavier de Ngovayang

Vista general de la Escuela Saint François Xavier de Ngovayang

Otro de los proyectos que llevan a cabo en Ngovayang es un hogar para niñas pigmeas Bagyeli, de entre 3 y 15 años. Se llama Notre Dame de la Merci (“Nuestra Señora de la Merced” en francés), porque fue fundado por un mercedario, el Hno. Pablo Paniagua. Estas niñas pueden quedarse en este hogar gracias a las becas que les ofrece Acción Liberadora, una fundación de la Familia Mercedaria.

Entre las iniciativas que tienen ahora las religiosas de la Pureza de María en Ngovayang está la de formar un club de niños y jóvenes. La parte deportiva del club ha recibido ayuda de la Fundación Real Madrid, que les ha enviado 20 balones de fútbol. Pero el club tiene vocación de ser algo más. Por eso, quieren abrir una sección de cine, y están en busca de una televisión de pantalla plana y un pequeño sistema de baterías y paneles solares que les permita ver películas, hacer cine-forums, etc.

La sección deportiva del club cuenta con la colaboración de la Fundación Real Madrid

La sección deportiva del club cuenta con la colaboración de la Fundación Real Madrid.

En cuanto a la situación política que atraviesa la zona, Victoria Braquehais explica que en Ngovayang viven una situación particular dentro del contexto general de Camerún. “Los pigmeos Bagyeli, que es el grupo con el que más trabajamos, sufren una gran discriminación. Por ejemplo, tenemos que llevar a las niñas a juicio, una a una, para que puedan recibir su tarjeta de ciudadanía. No cuentan para nadie, ni figuran en ningún registro. Además, se están diezmando por el tema de los oleoductos y la explotación de la madera”.

Respecto a la inestabilidad política, “el sur de Camerún es más tranquilo”, señala la religiosa española, que afirma que “ahora mismo, el problema está en el extremo norte, con Boko Haram, en la zona cercana al lago Chad; y en el oeste, en las dos provincias anglófonas”.

Unas niñas posan junto al cartel de la Escuela Saint François Xavier de Ngovayang

Unas niñas posan junto al cartel de la Escuela Saint François Xavier de Ngovayang

La hermana Victoria también nos ha hablado de su proceso de adaptación a esta nueva misión. “Para mí, lo primero, una cosa que es muy importante, es aprender la lengua. Aquí, aparte del francés, se hablan ngumba, bagyeli y fang. Pero el ngumba es la lengua más hablada y te permite un poco entender las otras. Así que me he puesto a aprender la lengua porque es un modo de entender una mentalidad, una cultura, acercarte a la gente, te permite dialogar...”. También es fundamental escuchar mucho. “Estoy aprendiendo otra manera de hacer, de pensar, y respetando mucho... también es bonito estar siempre empezando”.

La Navidad se celebra Ngovayang de forma muy sencilla. “Es una zona muy pobre y hay pocos medios, pero se celebra con mucha ilusión. Ha sido muy bonito estos días con las niñas, poniendo el belén... Todo en medio de una gran cotidianidad, que es lo que pasó en Belén, porque al final... san José no tenía mucho que ofrecerle a la Virgen y a Jesús, pero les ofreció lo que tenía y dijo 'bueno, mejor en un establo que en medio de la calle'”, explica la religiosa de la Pureza de María.

Uno de los belenes que los niños han elaborado en Ngovayang

Uno de los belenes que los niños han elaborado en Ngovayang.

“El otro día, después de escuchar el Evangelio, me dice una niña bagyeli, una niña pigmea: 'a mí, esto que hizo san José no me parece bien'. Yo le dije '¿el qué, hija?' y me contestó 'pues que en vez de llevarla al hospital, la llevó de casa en casa y al final terminaron en un establo'”, recuerda Victoria entre risas. “Otra de las niñas, viendo las figuritas del belén, le dijo 'yo voy a hacer una olla con buñuelos, porque Jesús es un bebé y no puede comer, pero por lo menos comeran la Virgen y san José... ¡y los ángeles! Aquí todo es muy concreto, sin florituras”, concluye la religiosa española.

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