Mons. de las Heras, nuevo obispo de León: "Es para sentirse pequeño"
El nuevo obispo de la diócesis de León habla de sus primeros días en su nueva misión
Madrid - Publicado el - Actualizado
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El sábado 19 de diciembre tomaba posesión en la catedral de León como nuevo obispo de la diócesis mons. Luis Ángel de las Heras. El prelado deja Mondoñedo-Ferrol para ocuparse de ahora en adelante de ser el pastor de la iglesia leonesa. Por ello, a escasos días de comenzar su nueva misión, ha compartido en El Espejo de la Cadena COPE sus primeras impresiones.
Mons. de las Heras explica que esta responsabilidad "es para sentirse pequeño y humilde en una historia como la de la diócesis de León. Uno viene aquí a poner un pequeño granito de arena. Esa impresionante visión de la catedral de León el sábado, me transmitió esa sensación. Nos tenemos que sentir pequeños ante lo que el Señor nos pide a cada uno y de esa manera poder ayudar. El Señor sabe de nuestras limitaciones y estamos siempre sostenidos por Él".
El nuevo obispo leonés relata también su salida de su diócesis gallega previa: "Con pena, pero allí me dijeron que las lágrimas son fortaleza para el camino. Un misionero -como me he visto confirmado estos años- tiene que sentir que las lágrimas son consecuencia de haber vivido intensamente y haberme sentido muy querido por ese pueblo de Dios. Es signo de que seguimos avanzando y buscando el modo de cumplir la voluntad de Dios. Esa experiencia me ha hecho ver la experiencia de la misión de estar llamado a sufrir con su pueblo y a gozar con su pueblo. Me gusta mucho más esta vocación que hace cuatro años".
Mons. Luis Ángel de las Heras es además claretiano, y debe mucho de su forma de entrega a su fundador: "Claret es misionero apostólico por vocación, su figura es la figura en la que yo me he forjado como misionero y me he formado. Esa es la impronta que me lleva a bajar a la arena, a remangarme, y a aprovechar todos los medios para anunciar el nombre de Jesús. El padre Claret comprendió que la palabra de Dios era el modo de llevar el consuelo a todo el mundo. San Antonio María Claret me lleva siempre a los mártires. Los mártires de Barbastro han sido para mí la motivación mayor para entregarme a esta misión".
"No podemos dejarnos llevar por la dialéctica del conflicto, ni por sus pasiones. La Iglesia está revisándose continuamente, no hay institución que se revise tanto como la Iglesia. Está intentando volver a sus orígenes, volviendo al Evangelio que es lo que siempre ha hecho. Esta crisis es una crisis que está llena de esperanza y de ganas de hacer las cosas cada vez mejor".