'El Partidazo de COPE'
"Observé que mis dos compañeros, mis dos amigos, habían muerto y me imaginé lo que había pasado"
Rafael Henzel, único periodista brasileño superviviente en el accidente de Chapecoense, relata a Juanma Castaño cómo cuando despertó, imaginó que todo era un sueño
Madrid - Publicado el - Actualizado
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Este jueves, El Partidazo de COPE localizó a Rafael Henzel. Es el único periodista brasileño que sobrevivió al terrible accidente de avión de Chapecoense.Varios días después, se encuentra en bastante recuperado aún en el Hospital de Chapecó: "De la infección del pulmón estoy prácticamente ileso, sin ninguna lesión, y estoy a punto de completar mi recuperación". Espera estar en casa en tres días.Nos contó su último recuerdo dentro del avión: "Estábamos todos tranquilamente hasta que, en un momento, las luces y los motores se apagaron. No hubo confusión, ni desesperación. No hubo ningún aviso para prepararnos para la caída. Pasaron cinco minutos hasta estrellarnos en la montaña". Sin embargo, del impacto no se acuerda: "Al chocarnos, la parte trasera, en la que iba, se quedó en el sitio. El resto avanzaron entre los árboles. Yo estaba en el asiento central, con dos colegas en los laterales. Ellos no sobrevivieron. Sólo recuerdo a los socorristas para salvarme".Fue en ese momento, cuando ve a sus compañeros, cuando "imaginé lo que había pasado. Esperaba que hubiese supervivientes". No supo el alcance real de lo que ocurrió hasta pasados tres días en el hospital: "Me alegré por la recuperación de las personas que habían sobrevivido".También recuerda cuáles fueron sus primeras palabras tras el impacto: "Fueron 'Ok'. Imaginé que estaba en un sueño, y que en cualquier momento alguien me despertaría. Pero no era un sueño, era pesadilla. Empecé a ver luces y llamé a los socorristas".Reconoce que no ha vuelto a sentir miedo al montar en avión: "Volvimos con las fuerzas aéreas brasileñas. En ningún momento tuve recelo o miedo. Soy consciente de que no voy a tener problemas en subirme de nuevo a un avión".Además, va conciliando el sueño: "Duermo muy poco desde el accidente por medicamentos y por el huso horario entre Colombia y Brasil. Sin embargo yo durante dos noches aquí en Chapeco duermo muy bien. No tengo pesadillas con el accidente".Otro momento que recordará siempre será el reencuentro con su hijo de 11 años: "Fue muy emocionante. Una gran sorpresa, por su tranquilidad e inteligencia. Sólo se ha quejado por no poder traer su videojuego al hospital. Me dio un abrazo muy fuerte. A pesar de estar con siete costillas rotas nos dimos un abrazo muy fuerte y el me tranquilizó y me dijo que ahora todo irá bien. Esto es muy emocionante para un padre de 43 años tener un hijo tan fuerte de apenas 11 años".Rafael ya está pensando en el momento en que vuelva a trabajar: "Tenemos que llevar información a las personas porque nos lo demandan. No podemos abandonar a los oyentes. La vida sigue".