EL PARTIDAZO DE COPE

Juanma Castaño exige a Joan Laporta lo primero que tiene que hacer tras el caso Dani Olmo: "Aunque le inscriba"

El director de El Partidazo de COPE hizo esta reflexión y enumera los frentes abiertos que tiene el presidente del FC Barcelona

Juanma Castaño y Joan Laporta
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El Partidazo de COPE

Juanma Castaño vuelve de vacaciones y hace esta reflexión sobre el caso Dani Olmo

José Manuel Nieto

Publicado el - Actualizado

4 min lectura

El caso Dani Olmo ha dejado al FC Barcelona sumido en una nube de dudas y especulaciones. La inscripción del jugador, en peligro por problemas administrativos y normativos, ha puesto en evidencia una vez más la delicada situación institucional que atraviesa el club. Aunque la resolución de este tema podría ser favorable para el Barça, Juanma Castaño, director de El Partidazo de COPE, no tiene dudas sobre lo que debería hacer Joan Laporta, presidente de la entidad culé, después de este episodio. Para el periodista, el primer paso debería ser pedir perdón a los socios y aficionados por el daño infligido a la imagen del club, independientemente del resultado final del caso.

Según Castaño, aunque finalmente se permita que Olmo y otros jugadores puedan ser inscritos sin mayores problemas, el desgaste sufrido por el Barcelona en estas últimas semanas no puede pasarse por alto. 

"Aunque esto acabe de manera triunfal, aunque Dani Olmo y Pau Víctor puedan seguir jugando, aunque se acepte que el artículo no tiene el espíritu que debía tener… Suceda lo que suceda, ya es un desastre para la imagen del Barça", afirmaba Castaño, dejando claro que, aunque el desenlace sea positivo desde el punto de vista deportivo o administrativo, el daño reputacional es irreversible.

Dani Olmo se lamenta durante un partido del Barcelona.

Cordon Press

Dani Olmo se lamenta durante un partido del Barcelona.

La reflexión del periodista va más allá de este episodio aislado y pone en el centro de la crítica la serie de fallos de gestión que se han acumulado bajo el mandato de Laporta. A lo largo de su intervención, Castaño fue tajante al afirmar que, si el presidente del Barça quiere recuperar la confianza de los socios y la afición, debe dar un paso atrás, hacer autocrítica y reconocer públicamente los errores cometidos.

Juanma Castaño exige a Joan Laporta

El Barcelona, por su parte, no solo se enfrenta al escándalo de Olmo. En las últimas semanas han surgido una serie de problemas que agravan aún más la situación. La relación del club con Nike, el contrato que se renegoció con la firma estadounidense, ha sido objeto de críticas debido a la millonaria comisión que cobró el intermediario Darren Dein, cercana a los 50 millones de euros. Este tipo de prácticas, poco transparentes, son vistas como una muestra más de la falta de control y de la gestión opaca que rodea algunas de las decisiones del club. Los socios han comenzado a alzar la voz, no solo por el montante de la comisión, sino por la sensación de que las finanzas del club siguen siendo un terreno pantanoso.

Por otro lado, las obras de renovación del Camp Nou, uno de los proyectos más esperados de los últimos años, se han visto gravemente retrasadas. El club prometió que la remodelación estaría concluida en un plazo razonable, pero los plazos se han alargado, y los socios se sienten cada vez más frustrados con las dilaciones, especialmente cuando las expectativas iniciales de la directiva no se han cumplido. Este tipo de retrasos no solo afectan a la infraestructura, sino que también repercuten en el estado de ánimo de los seguidores del club, que veían en la reforma un símbolo del futuro brillante de la institución.

A esto se suman los roces con la grada de animación en Montjuïc, que han contribuido a crear un ambiente desmotivador en los partidos. El ambiente que se vive en el estadio, comparado con el fervor y la energía de tiempos pasados, ha sido descrito como una atmósfera “de funeral”. Este distanciamiento con una parte clave de la afición refleja la desconexión entre la directiva y los aficionados, un vínculo esencial para cualquier club, pero especialmente para uno como el Barcelona, cuya identidad siempre ha estado vinculada a la pasión de su gente.

Hansi Flick con Dani Olmo y Pau VíctorMARC GRAUPERA/FCB11/8/2024

Marc Graupera

Hansi Flick con Dani Olmo y Pau VíctorMARC GRAUPERA/FCB11/8/2024

Además, el fichaje fallido de Thomas Heurtel, un jugador de baloncesto al que el Barça parecía tener atado y que, a última hora, fue rechazado por la directiva, también ha sido uno de los episodios que más ha dañado la credibilidad del club. Este tipo de decisiones, que evidencian falta de coordinación y de comunicación interna, no hacen más que sumarse a una lista de errores que arrastra la gestión de Laporta desde su regreso al club.

Lo primero que tiene que hacer

Para Juanma Castaño, estos problemas no son incidentes aislados, sino síntomas de una gestión deficiente que ha afectado tanto al aspecto deportivo como al institucional. El presidente del Barça, en su opinión, debería hacer frente a esta situación con un gesto de humildad y responsabilidad. Pedir perdón públicamente a los socios, reconocer que la imagen del club se ha visto dañada y que los errores de gestión son innegables sería, según Castaño, el primer paso para empezar a recuperar la confianza. Si no es capaz de hacer este ejercicio de autocrítica, el periodista no dudó en sugerir que lo más apropiado sería que Laporta dejara paso a otro dirigente que pueda devolver al club el rumbo perdido.

"Todo esto debería motivar al presidente del Barça a hacer un ejercicio de autocrítica", concluyó Castaño. "Si no lo hace, lo mejor sería que se marchara y dejara paso a alguien que gestione el club de manera más profesional". La situación del Barcelona, con tantos frentes abiertos, exige una respuesta rápida y eficaz. La pelota está en el tejado de Joan Laporta. Y, como dijo Castaño, si no es capaz de dar la talla en estos momentos críticos, lo más conveniente para el futuro del club podría ser que se haga a un lado.