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Los sorprendentes beneficios de entrenarse a 2000 metros de altitud según Chema Martínez: "Son una auténtica locura"
Chema Martínez intervino este lunes desde Estados Unidos, donde se encuentra en Flagstaff, a más de 2000 metros de altitud
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Los deportistas de élite saben de sobra los beneficios que supone entrenarse en localizaciones donde la altura sobre el nivel del mar sea elevada, siempre que el lugar habitual de trabajo o competición esté bastante por debajo, por aquello de notar la mejoría.
El atleta Chema Martínez lo explicó en primera persona este lunes, desde Flagstaff, una localidad de Arizona (EEUU) situada a 2079 metros sobre el nivel del mar, aunque existen puntos donde se alcanzan los 2200 metros de altitud.
Lejos de parecer una locura, es un punto en el planeta bastante más visitado de lo que podemos pensar: "Es un sitio para los fondistas idílico", lo definió Chema. Se trata de un sitio muy elevado, muy seco, "donde los inviernos son complicados porque son muy fríos", pero es un lugar que concrega "a muchísimos atletas de todo el mundo para poder entrenar y hacer esas planificaciones que hacen que en esa altitud obligas al cuerpo a trabajar más".
SALIR DE LA NORMALIDAD PARA FORZAR AL CUERPO
Chema suele entrenarse, en su día a día, en Madrid, a unos 600 metros de altitud. Las grandes ventajas vienen a medida que estemos a más altura: "Cuanto más alto estemos, hay menos oxígeno. Entonces, con el mismo esfuerzo, te cuesta mucho más porque no tienes oxígeno". La principal consecuencia es que "estás obligando a tu cuerpo a trabajar más. Cuando tu cuerpo se ha adaptado a esa nueva situación, es decir, cuando te acostumbras a entrenar a 2.000 metros y ya no te cuesta, cuando luego bajas a una situación de altitud normal, tu cuerpo es capaz de rendir más".
Para Chema, lo ideal es realizar este tipo de práctica "a menos de tres semanas" porque los mayores beneficios se notan "a partir de la segunda semana".
¿Merece la pena hacerle sufrir al cuerpo? El atleta de El Partidazo de COPE lo tiene claro, a tenor del porcentaje de mejora que se puede experimentar: "Va entre un 10 y un 20 por ciento de mejora", que se traduce, "si estamos hablando que, en alto rendimiento, uno o dos segundos puede ser la diferencia entre ganar o no ganar, y estamos hablando de mejoras en torno a un 10 por ciento, es una auténtica locura".
Sin embargo, conseguir maximizar y optimizar el rendimiento incluye pagar un pequeño peaje: "Es duro", advirtió Chema. "Te cuesta muchísimo dormir, la altura también deshidrata bastante, y en general te cuesta todo más". Para hacernos una idea, lo comparó con estar en Sierra Nevada, que está a una altitud similar a Flagstaff: "Que alguien suba unas escaleras nada más llegar a Sierra Nevada y verá la sensación esa de que te falta el aire, pues eso es lo que buscan los deportistas: entrenar con esa falta de aire para que, cuando te acostumbres, tu cuerpo provoque esas adaptaciones y después llegue esa mejora a nivel sanguíneo, a nivel fisiológico, tus analíticas pasan a tener valores mucho mejores".
Por eso, para Chema es una práctica "totalmente recomendable". Si bien, no todos los deportistsas de alto nivel tienen la posibilidad de viajar, y algunos lo intentan a través de las cámaras hipobáricas, para crear una presión similar a la de la altura, y generar los mismos beneficios.