"Un corazón sin cicatrices, no es un corazón vivido"

Cristina López Schlichting charla con una familia de acogimiento urgente, esa que es llamada cuando un menor es abandonado, queda huérfano o consigue salir de un hogar violento.

Una madre acuna a su bebé. El padre prepara el biberón. Y se turnan en la rutinaria tarea, nunca agradable, de cambio de pañal. Ambos pasan las noches en vela levantándose para calmar el llanto del pequeño en plena noche. Pero sobre todo, estos padres se vuelcan en darle todo el cariño a este niño. Un niño que ha llegado a golpe de teléfono y que no sabe cuánto tiempo se quedará. Una pareja que se comporta como su auténtica familia aun sabiendo que será temporal.Ésta es la labor de las familias de acogimiento urgente. Las que son llamadas cuando un menor es abandonado, queda huérfano o consigue salir de un hogar violento. De esta forma en niño evita su paso por las residencias antes de ser adoptados.En España hay casi 35.000 menores bajo tutela de los que 15.000 están en residencias a la espera de una familia. Unos 8.000 menores entran en régimen de acogimiento cada año; el 30% lo hace en familias de acogida.Montse López García y Francisco María son unos héroes con su labor como Padres de Acogida urgente. Dos padres que han explicado en 'Fin de Semana' con Cristina López Schlichting que la cosa surgió por un artículo que leyeron en el periódico, “donde decía que se necesitaban familias para coger bebés”.Montse ha dicho que “el tiempo que están con nosotros depende de cada niño”, peor que “cuando se van de tu casa, es como si se marchara un hijo. Tienes que estar mentalizándote, y poner una pequeña coraza, pues no les puede faltar de nada”.“Son niños que han pasado de todo, desde los que han sido renunciados por su madre en el hospital, hasta policías que entran en casa para quitarles al niño a una familia porque se producen hábitos no recomendables”, subrayaba la madre.Además, Francisco ha precisado que tienen “dos niñas biológicas de 15 y 16 años y, ya están acostumbradas, es parte natural de sus vidas, sufren con nosotros la despedida, pero también disfrutan el tiempo transcurrido. Ahora son mucho más tolerantes”.“En general no se tiene contacto con los niños de nuevo” decía Montse, “me imagino que será porque los padres no quieren tener relación con nosotros y para que el niño haga un capitulo nuevo en su vida. Esto nos apena un poco y nos deja triste a veces”.Juan José Casado, es secretario y fundador de la Asociación Infania, y ha señalado que “siempre hay necesidad de familias de acogida”, aunque este programa de urgencias se ciñe a “niños menores de 7 años”. “Los requisitos es que sean familias que puedan tener un crío en casa, o dos, en función de su capacidad y disponibilidad, y que tengan muy claro la expectativa respecto a su acogimiento”, comentaba Casasdo.El secretario y fundador de la Asociación Infania ha considerado que “la duración siempre se estima”, pues “en caso de urgencia la limitación es de 6 meses”. Y por supuesto, recordaba que “claro que hay un conflicto afectivo, pues un corazón sin cicatrices, no es un corazón vivido”. En definitiva, Juan José Casado ha pedido que “buscan un niño que aprenda a querer y despedirse de forma sana, sin temor a lo que pueda ocurrir”.